Récord: 7 maltratadores con pulsera GPS

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

ángel díaz efe

La magistrada de violencia sobre la mujer admite que los dispositivos tienen fallos y averías

07 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Siete maltratadores de Vigo son vigilados con pulseras localizadoras GPS para detectar su presencia si quiebran la orden de alejamiento y se acercan a sus víctimas. El número de dispositivos es el más elevado que está operativo en la ciudad desde que el juzgado de violencia sobre la mujer número 1 de Vigo implantó esta tecnología para controlar a los agresores reincidentes de sus parejas o exparejas.

El sistema consiste en una pulsera para el hombre y un teléfono móvil para la mujer. Cuando el maltratador entra en un radio de 200 o 500 metros de distancia de la mujer con orden de protección, vibra la pulsera y salta una alarma en un centro de control. El brazalete, que es sumergible, también activa la alerta si el implicado intenta arrancárselo o desactivarlo.

A su vez, la mujer visualiza en su pantalla de móvil una alerta, dispone de un botón de pánico, un geolocalizador y un rastreador de radiofrecuencia que detecta si el intruso ha invadido su espacio. La víctima también puede hablar con el personal de un centro de control que funciona las 24 horas del día todos los días del año. Dicha centralita envía las incidencias a la policía para que actúe si es necesario.

La pulsera es una medida accesoria para vigilar al procesado sin necesidad de que esté ingresado en prisión. Al menor incumplimiento, ya sabe lo que le espera.

El problema es que los dispositivos de control dan fallos y averías, según constata la jueza de violencia sobre la mujer, Paz Filgueira, la cual ve «unha problemática polas moitas incidencias» que generan. Entre ellas, que la alarma salta a destiempo o por razones técnicas diversas. Esas falsas alarmas obligan a la policía a desplazarse al lugar donde está la víctima para comprobar si todo va bien. Y a lo mejor, el implicado está en otra ciudad.

Estas y otras incidencias se producen desde hace años como constató un juicio celebrado el año pasado.

Las averías se han convertido en la excusa más recurrida a la que se aferran algunos encausados en los juicios por quebrantar la orden de alejamiento. Alegan que el aparato funciona mal y que, en su día, se quejaron a la centralita que tramita estas conexiones. Fue lo que dijo un maltratador que fue a ver a entrenar a su hijo a un campo de fútbol tras ver el coche de su exmujer aparcado fuera del recinto. Aseguró que la pulsera llevaba varios dando fallos pero la jueza lo condenó porque él conocía el coche de su exmujer y sabía que ella iba a estar allí con el niño. La mujer ignoraba que su exmarido se había colado dentro del mismo pabellón pero recibió una llamada de la centralita para avisarle de que lo tenía a escasos metros de ella y que se dirigía una patrulla policial al lugar para detenerlo, lo que ocurrió poco después.

Casos como estos son reales. La Policía Local que brinda protección a las maltratadas envía siempre una patrulla a controlar que todo está bien

Mujeres refugiadas

A veces, son las mujeres las que deciden escapar de su localidad, donde son acosadas por su maltratador. El juzgado ha brindado refugio en Galicia a dos maltratadas cuya vida corría peligro en su localidad de residencia, fuera de la comunidad autónoma.

La jueza Filgueira lamenta que, pasados los años, «non vexo un descenso da violencia». Sí ha descubierto una tendencia originada el año pasado: han descendido las denuncias presentadas por mujeres con edades comprendidas entre 45 y 50 años mientras que a partir de 60 años, aumentan. ¿Cómo se puede explicar este fenómeno?

La jueza lo atribuye a dos motivos: por un lado, la crisis económica pilla a esas mujeres en una edad difícil para encontrar trabajo en un mercado laboral que valora más a los empleados que tienen entre 25 y 45 años. Una denuncia y una separación podría conllevar una situación de mayor pobreza para la víctima y prefiere aguantar y no romper la relación hasta que la economía no mejore.

Por otro lado, a esas edades ya maduras y debido al retraso de la maternidad, muchas mujeres aún tienen niños o adolescentes a su cargo y eso mismo es un motivo para retrasar la separación. Llegados a los 60, las maltratadas ya han criado a sus hijos y temen por su vida, por lo que denuncian al maltratador.

La jueza añade que en los cuatro últimos crímenes machistas que hubo en Vigo, «non había denuncias previas das vítimas» aunque sí se daban situaciones en las que el otro las presionaba, siendo el ejemplo más claro el de Ana Enjamio, asesinada por un compañero de trabajo. Filgueira anima a las mujeres a «denunciar sempre os acosos».

La jueza de violencia sobre la mujer denuncia el tapón en la Audiencia para resolver los recursos de casos graves

La jueza de violencia sobre la mujer número 1 de Vigo, Paz Filgueira, ha detectado un «tapón» en la cuarta sección de la Audiencia Provincial en Pontevedra, encargada de resolver los recursos de apelación de los casos de malos tratos. Según la magistrada, la carga de trabajo que tiene esta sala retrasa hasta tres meses o más la resolución de los recursos que envía el tribunal de Vigo, generalmente por causas graves con presos preventivos a la espera de juicio.

Estos recursos de malos tratos, debido al hecho de que afectan a un recluso, deberían tener prioridad pero el «tapón» obliga a esperar varios meses por la decisión de la Audiencia. «Unha espera de tres meses paréceme bastante alta sobre todo porque aquí estamos a falar de casos graves e de situacións límite», dijo ayer la magistrada.

Pone por ejemplo, que en noviembre, una de las partes presentó un recurso que afecta a un recluso preventivo que es investigado por prender fuego en abril del 2015 al piso de su novia en la Travesía de Vigo. Todavía no hay respuesta de la Audiencia.

Otro caso es el de la investigación del asesinato de Divina Méndes, muerta a golpes y estrangulada por su novio en el apartamento de ella en la calle López de Neira en septiembre del 2015. La Fiscalía pidió en diciembre a la Audiencia que se practiquen nuevas pruebas, sobre todo el ADN hallado en las uñas de la víctima. Todo apunta a que la respuesta sobre la conveniencia de llevar a cabo esos trámites llegará en un par de meses. Por tanto, la jueza todavía no puede cerrar una investigación en la que el propio autor fue a confesarlo todo voluntariamente a la comisaría antes de que nadie conociese el crimen.

Por el momento, la Audiencia especializada en malos tratos no ha dado su versión sobre las incidencias que ha destapado la jueza de Vigo.

Y todo apunta a que esta dinámica seguirá con el asesinato de Ana Enjamio. La jueza ha prorrogado el secreto el sumario pero es probable que lo levante en cuestión de semanas, sobre todo porque la comisaría ya lo da por resuelto policialmente y la propia magistrada lo ve «encauzado». Dado que el implicado mantiene su inocencia, todo apunta a una batalla legal que tendrá como escenario la Audiencia. La defensa aguarda a conocer los detalles del caso para pedir a la Audiencia que conceda la libertad condicional al supuesto autor del crimen, César Adrio.

Otra batalla que se libró a lo largo del 2016 a golpe de recurso fue la del millonario luso detenido por el supuesto intento de homicidio de su joven esposa, que lo acusa de golpearla con una maza en un hotel de Vigo.

La magistrada tiene actualmente en prisión provisional a 14 investigados.