La traducción como arma durante la Gran Guerra

j. l. VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

El docente de la Universidad de Vigo Anxo Fernández monta la exposición «Parley-Voo?» sobre el papel de los intérpretes en la primera contienda mundial

08 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tomaban partido y vestían uniforme, pero su arma era la capacidad de comunicarse con personas de otras lenguas, y entre ellos también entraban los enemigos de los países que defendían. La Facultad de Filoloxía e Tradución de la Universidad de Vigo acoge hasta el próximo 16 de diciembre una exposición sobre la profesión de intérprete desde el último tercio del siglo XIX hasta finalizada la Primera Guerra Mundial.

Parley-Voo? es el título del proyecto desarrollado por Anxo Fernández, docente responsable del seminario de Antropoloxía visual da tradución y creador de la base de datos Icoti, una colección material compuesta por documentos y representaciones iconográficas originales, principalmente grabados, dibujos, postales y fotografías, sobre las prácticas sociales y profesionales de la traducción y la interpretación en la historia moderna y contemporánea. «Para ofrecer unha experiencia directa da iconografía do intérprete, dende a colección de investigación Icoti seleccionáronse documentos reais procedentes dos tres estados europeos máis industrializados de comezos do século XX: o Imperio Alemán, Reino Unido e Francia, protagonistas directos da contenda», explica Fernández.

La muestra se organiza en cuatro espacios, dos centrados en las políticas de traducción y otros dos en los que se evocan temas transversales, como la censura, el armisticio o la traducción en el proceso de anexión territorial en la posguerra.

En los espacios dos y tres se reflejan las políticas de traducción llevadas a cabo por los aliados y por el Imperio alemán, tanto en el plano organizativo militar como en la gestión de los prisioneros de guerra. Los espectadores pueden acceder a imágenes de 1915 del intérprete Henry Wyesser en un banquete de profesionales de la interpretación en la base inglesa nº1 de Le Havre, o de Henri Biget de 1917 montado en un caballo, símbolo de alto estatus dentro de aquel ejército.

Pero el peso de los intérpretes en la memoria de la sociedad civil británica se encuentra en el retrato de Max Abbatt, intérprete francés al servicio de oficiales británicos, en una caja de cerillas coleccionable. «Este documento revela ata que grao a figura do intérprete penetrou no patrimonio colectivo da sociedade inglesa durante a guerra. Non é unha imaxe institucional, nin unha fotografía postaliada por un afeccionado, senón que a empresa privada é a que se apodera da figura do intérprete para reproducila en masa e convertela en ben de consumo», detalla Anxo Fernández.

En el espacio número dos se ofrece una muestra de imágenes de prisioneros de ambos bandos. En las de los países aliados, los prisioneros aparecían dentro de campos, siendo interrogados o trasladados a pie en columnas o exhibidos por el centro de las villas. En las estanterías inferiores se evocan temas transversales como la censura, el armisticio o la traducción en el proceso de anexión territorial en la posguerra. Así, en una imagen de 1918, aparece, encabezando el grupo de delegados aliados que firmaron el armisticio, el teniente Laperche, uno de los intérpretes de la reunión, celebrada en un vagón de tren en Compiègne donde se firmó el armisticio.

Depósito de objetos

La exposición también muestra un depósito de objetos producidos para la Primera Guerra o como consecuencia de este conflicto. Es el caso de una cantimplora del ejército de los EE.UU. y varias publicaciones como el intérprete en papel en catorce lenguas de la Cruz Roja, De las Rote Kreuz Büchlein in 14 Sprachen, de 1914 que muestra el grado de preparación de la organización no gubernamental para el estallido del conflicto. «Para un público xeral pode ser que neste tempo de centenario a Primeira Guerra Mundial resulte un tema atractivo», considera Anxo Fernández, que en el caso del alumnado de Traducción e Interpretación señala que «a mostra pode soprenderlle cando comproben ata que punto a súa imaxe se converteu nun ben público».