La rubia que enamoró a la ciudad

VIGO CIUDAD

La cerveza, que ya bebían los castreños, no volvió a consumirse en Vigo hasta el último tercio del siglo XIX

05 dic 2016 . Actualizado a las 09:39 h.

Los antiguos vecinos del monte de O Castro eran buenos bebedores de cerveza. Pero llegaron los romanos, construyeron sus salinas y se asentaron en elegantes villas como la de Toralla. Con ellos, además del latín y el arado, trajeron el vino. Y la rubia entró en declive hasta que su consumo desapareció del país.

Así que la cerveza ha tenido aquí dos etapas. Y su resurrección no llegó hasta fecha reciente: en el último tercio del siglo XIX. De hecho, fue recibida por la sociedad como una bebida exótica y refinada, como si nunca la hubiesen bebido sus antepasados en los altos castros de la ría de Vigo.

Xosé María Álvarez Blázquez recoge que, en 1875, los vigueses bebían por fin cerveza fabricada en la ciudad. «Esta bebida fue considerada, al comienzo de su tímida divulgación, como un capricho de los jóvenes modernistas, tales como los socios del Gimnasio, que practicaban algunos deportes, fumaban (cuando era posible) tabaco egipcio y... bebían cerveza».

La primera rubia local fue comercializada por un ciudadano con nombre de personaje de Robert Louis Stevenson. Se llamaba Mr. Hyde (como el lado malo del Dr. Jeckyll) y así hablaban de su negocio en una crónica periodística de la época: «Es indudable que en nuestra hermosa ciudad se ha iniciado de poco tiempo a esta parte un gran movimiento en favor de la industria y los intereses locales; entre ellos se encuentra la fabricación de cerveza, emprendida por Mr. Hyde, quien acumulando una excelente clase de primeras materias para su elaboración, logró dar cima a una justa y honrosa competición con la cerveza del extranjero, tanto por su buen gusto como por el sprit del líquido, de fermentación completa y rematada».

Vemos que Mr. Hyde hacía en Vigo un gran producto, con características gourmet. Continúa el artículo: «Mr. Hyde conoce que hay que dar un nuevo impulso a su industria y, aún cuando las clases que ofrece al público son de excelente calidad, sus precios están en relación módica con los de la cerveza importada del extranjero, por lo cual creemos que consiga desarrollar grandemente su fabricación para el consumo en nuestras provincias».

Los señoritos vigueses que ya practicaban el sport, se refrescaban luego con esta rubia que parecía mucho más sofisticada que el tintorro que se servía en las tabernas. Pero la cerveza no era una simple moda y llegaba para quedarse.

Después de Mr. Hyde, llegarían otras marcas a la ciudad. Las principales las de Moreira y Cía, y García Bañón. Hasta que en 1925 se inauguró la fábrica más importante: la de A Barxa, perteneciente al grupo Cervezas de Santander. Situada en su finca de García Barbón, donde hoy se alzan las torres del Club Financiero su marca La Cruz Blanca llegó a ser líder en Galicia.

El proyecto del edificio fue encargado al arquitecto vigués Manuel Gómez Román, que diseñó una construcción monumental, con un estilo regionalista y la piedra como protagonista. Las obras comenzaron en 1922 en la finca de A Barxa y remataron tres años más tarde. La inauguración, el 29 de enero de 1925, se convirtió en todo un acontecimiento. Se desplazó a la ciudad el propietario de la casa matriz, el señor Prieto Lavín. El diario El pueblo gallego llevó la noticia a su primera página. «La fábrica ha sido dotada de todos los elementos modernos y una capacidad de producción suficiente a cubrir no solo las necesidades del mercado sino también las futuras durante muchos años», afirma el diario.

La fábrica de A Barxa podía producir cinco millones de litros al año. Y contaba para ello con diez motores que podían arrojar 225 litros de cerveza por minuto. La gran fábrica de cervezas de Vigo comenzó produciendo La Cruz Blanca y La Austriaca, del tipo doble bock, triple bock y Múnich. Y se abastecía de agua procedente de tres pozos cercanos. Su éxito fue rotundo y, de 1925 a 1935, tuvo números fueron astronómicos, que la llevaron al liderato como la industria cervecera líder del país, por encima de la coruñesa La Estrella de Galicia.

En 1970, A Barxa comenzaba a producir en Vigo la marca Skol, que tendría también un gran éxito. Pero la industria cervecera comenzó a decaer y a ser absorbida por capital extranjero. Y la fábrica cerró en 1989, tras 65 años de historia.

Desde entonces, Vigo no ha vuelto a producir cerveza industrial, aunque en los últimos años surgen excelentes marcas artesanas. Seguro que a Mr. Hyde le habría gustado saber que aquella rubia tan exótica, que llegó como una moda para los señoritos, terminaría siendo todo un éxito.