Mejoran la seguridad de la pasarela de A Laxe tras la caída del niño de 7 años

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

óscar vázquez

Obreros soldaron ayer una chapa al hueco por donde se coló el menor en la tarde de Halloween de hace un mes

01 dic 2016 . Actualizado a las 07:59 h.

La pasarela que comunica el centro comercial de A Laxe con la plaza de A Pedra ha sido reforzada un mes después del accidente de Halloween, en el que un niño de siete años se coló por un hueco, cayó desde once metros de altura y se quedó en coma.

Varios operarios trabajaban ayer en esta rampa elevada sobre la calle de Cánovas del Castillo, en el lugar más próximo a la entrada del centro comercial. La conclusión de la policía científica que examinó el escenario de la caída fue que, en medio de una absoluta oscuridad porque ya era muy tarde, el menor se subió al muro de un metro de alto, caminó por el pasamanos (de medio metro de ancho) y pisó en falso sobre un hueco «invisible» por la oscuridad.

Aunque apenas se han registrado caídas desde que el paso se inauguró, resultó evidente que ese punto ciego suponía un problema para la seguridad de los transeúntes. Más aún si se tiene en cuenta que al día siguiente del accidente había menores encaramados en el mismo lugar, escena que parece ser habitual.

Por su parte, vecinos del Casco Vello presionan desde hace años para que se cubra la pasarela con un tubo acristalado, lo que también serviría para proteger a los viandantes de la lluvia.

La solución más urgente que se adoptó ayer fue la de tapar el punto ciego mediante la colocación de una chapa de casi dos metros cuadrados. La barrera metálica pretende disuadir a los viandantes de encaramarse en el pasamanos o que, confiados, se caigan al vacío al pisar en falso por dicha oquedad.

Dos soldadores trabajaron a lo largo de la jornada para instalar dicha protección, que cuenta con una lámina vertical de metro y medio de largo que sobresale sobre la superficie plana. Su propósito parece ser el bloquear el paso a un niño de corta estatura y evitar pueda apoyar las manos y encaramarse encima.

Hay que tener en cuenta que el tope del muro de la rampa está situado a la altura de los hombros o la cabeza de un niño de cinco o seis años y que este necesita dar un fuerte impulso para encaramarse o incluso requiere de la ayuda de alguien mayor que lo aúpe. Entre ellos mismos se las ingenian para ganar impulso, subirse y gatear por el pasamanos.

Lo último que se sabe del menor que se precipitó al vacío y que fue hospitalizado en coma es que su estado no ha cambiado significativamente. Los médicos descartaron despertarlo pasados los cuatro días del accidente.

El pequeño que sufrió el accidente salió de la uci pediátrica pero sigue hospitalizado

En la víspera de Halloween muchos niños disfrutaban de las fiestas de disfraces en diversos locales y centros comerciales. El menor salía del centro comercial de A Laxe con su madre en torno a las ocho de la tarde cuando, por motivos que se desconocen, se encaramó a un tramo de la pasarela, situado junto al centro comercial.

Según deduce la policía, el menor se puso de pie en medio de la oscuridad y no se dio cuenta de que pisaba sobre una oquedad, en un lugar próximo al panel publicitario de la fachada del centro. Es un lugar que, en difíciles condiciones de visibilidad, puede resultar peligroso, incluso al gatear o apoyar las manos.

El menor se precipitó al vacío desde una altura de once metros, equivalente a casi cuatro pisos y cayó en la acera, en un lugar poco frecuentado por los viandantes.

Los investigadores del caso creen que el pequeño impactó con todo el cuerpo, una postura que le evitó mayores daños en la cabeza o las extremidades y que le permitió sobrevivir. Una ambulancia lo trasladó urgentemente a la uci pediátrica del Hospital Álvaro Cunqueiro, donde quedó ingresado en coma. La intención de los médicos era despertarlo cuatro días después pero desistieron ante las graves lesiones. Actualmente, el pequeño ya ha superado el coma, ha salido de la uci pero sigue hospitalizado.

Algún testigo llegó a decir que la madre iba a sacarle una fotografía al menor pero la policía cree que, debido a la mala visibilidad y oscuridad, las figuras eran irreconocibles desde la calle y tampoco hay constancia de que nadie estuviese delante.