Los Hermanos Misioneros de Teis suprimen el albergue de mujeres

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vazquez

Con la llegada del frío los tres centros de Vigo para personas sin techo están al completo

29 nov 2016 . Actualizado a las 09:20 h.

La decisión de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres de prescindir del albergue para mujeres sin techo agrava la situación de la ciudad. La iniciativa es ajena al centro de Vigo y ha partido de la sede central de Barcelona, perteneciente al Arzobispado de esa ciudad. En la actualidad Los Hermanos de Teis solo asumen la parte religiosa, mientras que la administrativa se dirige desde Cataluña. Fuentes de la orden religiosa justifican la decisión como algo temporal como consecuencia de una reestructuración. Añaden que además, había poca demanda, mientras que la de hombres era superior.

De momento, el cierre supone un duro varapalo al perderse en torno a treinta plazas. Máxime cuando la ciudad anda escasa de este tipo de servicios. De hecho, el Día Internacional de las Personas sin Techo se saldó ayer con lleno en las tres instalaciones de Vigo. La llegada del frío hace que la mayoría de los días pongan el cartel de completo.

En la actualidad Vigo cuenta con un centenar de plazas, de las que 37 corresponden al albergue municipal de Marqués de Valterra, mientras que los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres y Dignidad dan cobijo a una media de entre 30 y 40 personas cada día. De los tres, este último es el único que carece de límite de permanencia, mientras que en los otros dos casos solo se permite la estancia durante diez días seguidos. «Se nota mucho el frío, andamos con la soga al cuello. La mayoría de los que tenemos son hombres; por desgracia muchas mujeres antes de quedar sin techo hacen cualquier cosa, incluida la prostitución», comenta el responsable de Dignidad, Suso Aguayo. A los que no acuden a albergues por no someterse a unas normas, les reparten almohadas, mantas y víveres para atenuar su situación. «El cajero es el albergue de los transeúntes. Los que conocen la ciudad van a choupanas o casas vacías», añade.

«Pido en la calle y cuando consigo algo de dinero me voy a dormir a una pensión barata»

El caso de Carlos es uno de tantos, de todas esas personas que tienen que hacer maravillas para evitar dormir al raso. En la actualidad lleva ocho meses durmiendo en el albergue de Dignidad al no tener límite de permanencia, según explica al colectivo Os Ninguéns. «Pido en la calle y cuando consigo algo de dinero me voy a dormir a una pensión barata», comenta. Para comer se arregla en la misma organización Dignidad o a veces en la Misión del Silencio. Ahora está a la espera de que le concedan la invalidez para poder cobrar algo. Nunca ha estado en el albergue municipal, aunque no desvela los motivos.

Los límites de permanencia en algunas dependencias llevan a las personas sin techo a tener que alternarlas con la estancia en choupanas y edificios en ruinas. Es el caso del antiguo asilo de Pi y Margall. En la actualidad todavía residen en él en torno a una decena de personas, pese al peligro de derrumbe de buena parte del inmueble. Desde su abandono por las Hermanas de los Ancianos Desamparados, los incendios se han sucedido, sobre todo en la temporada invernal.

Marqués de Valterra instaura la noche cero

La normativa del albergue municipal de Marqués de Valterra se ha flexibilizado para evitar paradojas como la de echar a personas sin techo por llevar alojadas diez días consecutivos, a pesar de que haber camas libres. Aunque en esta época no suele ser el caso, para evitar ese tipo de situaciones se ha instaurado la noche cero. Se trata de ampliar la estancia si las dependencias no tienen el cupo cubierto. Eso no evita, que si está a tope, tengan que cumplir la norma a rajatabla. «Hace dos o tres días echaron a un chico porque estaba completo. Alguna vez han tenido que llamar a la Policía Local porque no se querían ir», explica un antiguo usuario del centro.

A partir del próximo mes la gestión pasará a manos de Cruz Roja, adjudicataria del último concurso. La organización atiende a lo largo del año a 189 personas sin techo a través de distintos programas. Entre los servicios que presta figuran la entrega de productos higiénicos, medicinas, ropa y sacos de dormir. También ofrece ayuda para realizar trámites administrativos.

Acampada en el centro para pedir pisos sociales

El colectivo Os Ninguéns, acompañado por la Red de Solidaridad Popular (RSP), inició a mediodía de ayer una acampada de 24 horas junto a la Farola, en pleno centro de la ciudad. El objetivo es reivindicar mejoras en el albergue municipal y un itinerario de inserción que concluya con la consecución de un parque de viviendas sociales para las personas que carecen de techo.