Las viguesas de entre 40 y 50 años son las mayores consumidoras de comercio justo

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

duvi

Café, dulces, cacao y té es lo más adquirido, según un estudio

04 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Un estudio desarrollado en Vigo sobre comercio justo pone de manifiesto que el 75 % de las personas consumidoras son mujeres. La mayoría se sitúan en la franja de edad entre cuarenta y cincuenta años. Por el contrario, los adolescentes apenas representan más del 0,5 % del total.

El informe fue elaborado por el profesor de la Universidad de Vigo, Carlos María Fernández -Jardón, junto con Amigos da Terra e Oxfam-Intermón en colaboración con Laura Casal Guillán y Fernández Durán. Para su desarrollo se realizaron encuestas a través de las páginas web de la Universidad y del Concello. «Las respuestas obtenidas fueron, sobre todo, de personas consumidoras o que alguna vez adquirieron este tipo de comercio y son precisamente las opiniones de este grupo las que nos interesan», aclara Fernández-Jardón.

Entre los productos más vendidos figuran café, dulces, azúcar, cacao y té, seguido de otro tipo de alimentos como frutas.

El sector textil y la artesanía están muy por debajo, como demuestra el hecho de que las ventas no lleguen al 5 % del total.

Los autores lo explican porque en el textil la idea de comercio justo no está tan interiorizada, por lo que no existe la misma relación que hay con los productos agrícolas. Pero la principal causa del bajo consumo de textil está relacionada con la moda. En el comercio justo los productos no están adaptados a la demanda.

Algo similar sucede con el arte. La mayor demanda se limita a los recuerdos de viajes o a productos de mercadillo, pero siempre de elaboración local.

Sobre las causas del reducido consumo de comercio justo en general, Fernández-Jardón señala como la principal el poco conocimiento que existe sobre lo que es y los que no es y la confusión en los términos. Buena parte de la población no es capaz de identificar los principios fundamentales sobre los que se asienta. Se trata de transparencia y rendición de cuentas, mayores ingresos para el producto, precio mínimo garantizado, precio justo, no emplear fungicidas y fertilizantes sintéticos, respeto a los derechos laborales y equidad de género y difusión de la identidad cultural.