El feo de la playa de O Vao

Antón Lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

Es urgente la protección de la «Ammophila arenaria»

24 oct 2016 . Actualizado a las 13:48 h.

Llega el primer temporal del otoño, que notaremos especialmente en el litoral. Es un buen momento para presentarles al «feo de playa». Dicho así, la cosa invita a pensar en algún veraneante poco agraciado, pero nada que ver. El feo de playa, Ammophila arenaria, es una valiente gramínea (forma elegante para denominar a un hierbajo) que crece en las dunas y que justamente su presencia tiene mucho que ver con que, a día de hoy, sigan existiendo vestigios de dunas en una esquinita del litoral vigués.

Si pasean por O Vao, las verán tras los postes y alambres que delimitan la zona de protección, intentando (en general, con escaso éxito) que nadie pisotee las dunas. Con su apariencia de junco alargado, aunque no tiene nada que ver con sus primos, parece que carecen de hojas, pero en realidad todo lo que vemos es una hoja enrollada para soportar las condiciones extremas en las que vive, azotada por el viento, con una salinidad insoportable y una casi total carencia de agua y nutrientes.

Se asienta sobre terreno inestable y en constante movimiento como son las dunas más cercanas al mar, por eso sus raíces pueden alcanzar los cinco metros. Ese es uno de los motivos por los que es tan importante especialmente ahora que llegan los temporales. Son plantas precursoras que llegan a asentarse donde ninguna otra se atreve y comienzan a fijar la arena dunar para evitar que, por una parte, esa arena móvil ocupe las dunas secundarias más estabilizadas (en Vigo ya no existe nada de eso) y, por otra, mitigar los embates del mar en esa primera línea de defensa frente a las embestidas del mar.

Nuestras amigas tienen la responsabilidad de dar cobijo a todo lo que tienen alrededor. De ese cobijo, no somos ajenos indirectamente. El feo de playa fue tradicionalmente la mejor cobertura cuando todavía nuestros tejados eran vegetales. La cosa tenía su lógica: ninguna hierba era más resistente a las inclemencias climáticas.

Como decíamos prácticamente nos queda un solo lugar en todo nuestro litoral (y Cíes, claro) donde podamos ver a una especie tan importante como poco espectacular estéticamente hablando. La tenemos en O Vao y su sola presencia justificaría una especial protección del lugar, y en eso estamos, al menos en teoría.

Si seguimos el orden cronológico municipal debería estar al caer el cuarto anuncio de la declaración de Espacio Natural de Interés Local para las playas y sus dunas primarias de O Vao y Baluarte. Últimamente, más o menos cada tres años el Concello se saca una foto con el feo de playa comentando la «inminente» declaración de ese espacio protegido, el primero y único propuesto por la Administración local. Viene siendo como los anuncios del patrimonio de la humanidad de las Cíes (en nuestra opinión del conjunto del parque nacional) en los que la publicidad se adelanta varios años a la presentación de la pertinente documentación. Deducimos que decirlo es más sencillo que hacerlo, pero adelantándonos a los acontecimientos, y a la espera del cuarto anuncio al respecto, nos atreveríamos a hacer una sugerencia.

Conservar y continuar las tareas de recuperación que comenzaron hace veinte años en el único sistema dunar que nos queda (aunque fragmentado) en todo el término municipal, y ahí siguen trabajando voluntaria y meritoriamente todo este tiempo entre otros desde la asociación Fontaíña, es una tarea tan necesaria como destacable, pero no olvidemos que la historia natural y humana están unidas. Si les preguntásemos a nuestros abuelos por las dunas de Samil, o de O Vao, no sabrían decirnos a qué nos referimos. El concepto y la palabra duna es un concepto escandinavo incorporado recientemente a nuestra cultura. Para nuestros abuelos y abuelas esos lugares eran tombos, pero sobre todo «feais». Allí estaban los feos de praia que les daban su definición precisa y preciosa. Si como bien decía Umberto Eco «de la rosa solo nos queda el nombre» recuperemos también su nombre original y protejamos os feais do Vao.