No es mala idea venderle Balaídos al Real Club Celta, Sociedad Anónima Deportiva. Bien pensado, el planteamiento del presidente Mouriño no es en absoluto descabellado. Porque no se trata de una cesión ni de un regalo. Ofrece unos 35 millones de euros, que no es una cantidad menor. Y, además, supone un enorme ahorro en mantenimiento anual. ¿Puede objetarse que, tras la venta, lo usaría el Celta en exclusiva? Pues ya lo hace. Nada cambiaría a ese respecto. Salvo que dejaría de cobrarse un alquiler que solo suma 25 euros cada 25 años. Además, dejaríamos de pagar el agua y la luz. Que sale ahora del erario de todos los vigueses. Y nos ahorraríamos también algo tan surrealista como el cambio y mantenimiento del césped del estadio, que teóricamente es todavía una obligación municipal. Para completar las ventajas económicas, el Celta comenzaría a pagar anualmente el IBI por Balaídos. Pasarían por caja cuando se gire el recibo de la contribución. ¿Dónde estaría el problema? ¿En que el Celta podría irse a otro municipio al no depender de un estadio? Ya pueden hacerlo ahora. Y con más razón, porque no tienen campo propio. ¿Que es una privatización? ¿En qué sentido? Porque ofrecen pagar. Y, además, de facto Balaídos ya está en manos exclusivas del club. ¿Y qué se puede hacer con 35 millones? Pues baste decir que el nuevo pabellón multiusos de Cáceres, con 3.000 plazas, cuesta un millón de euros. Podríamos hacer el gran multiusos para deportes y conciertos que no tenemos. Por poner un ejemplo. Así que, aunque el acto reflejo sea llevarse las manos a la cabeza, bien pensado lo dejo escrito: a lo mejor no es mala idea...