La Universidad de Vigo descubre que tiene nutrias

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

ROI FERNANDEZ

La Oficina de Medio Ambiente (OMA) y los ecologistas celebran el hallazgo de Vigo

20 oct 2016 . Actualizado a las 15:14 h.

Lo que en principio se presumía como una tragedia, se ha convertido en celebración. Las carpas que en abril aparecieron muertas en un estanque del campus vigués no fueron devoradas por visones americanos, como se temía, sino por nutrias. La noticia no solo ha supuesto un respiro para la Oficina de Medio Ambiente (OMA) de la Universidad, sino que ha supuesto toda una sorpresa

Con motivo de la aparición de las carpas muertas, los responsables medioambientales del campus dieron parte a la Xunta, que envió a los técnicos forestales. Para intentar dar caza al depredador colocaron trampas en varias zonas, medida que resultó infructuosa al no caer ningún animal.

Fue en ese momento cuando empezaron las dudas sobre la autoría y comenzó a desterrarse el visón americano. El misterio se desveló por completo cuando un vigilante de seguridad detectó la presencia de una nutria autóctona, confirmado con las huellas y los excrementos del animal. Ahora se explica que las trampas quedaran vacías al tener unas dimensiones muy pequeñas para este tipo de animal.

Desde la OMA califican la aparición de muy buena noticia por muchos motivos. Uno de ellos es el hecho de que se esté cargando al cangrejo americano existente en el campus, gran depredador que ha logrado desplazar al sapo común.

La misma satisfacción muestran en la asociación ecologista Amigos da Terra. Su portavoz, Antón Lois, explica que es un error situar a las nutrias en los cursos altos de los ríos y en espacios salvajes. «Su hábitat es el curso medio y bajo de los ríos y el litoral, pero cuando empezó a estar tan ocupado remontaron río arriba y ahora están reconquistando su hábitat natural, aunque de forma tímida», comenta. La hipótesis que contempla es que estén situadas en una zona segura, como es Zamáns, donde no les molesta nadie, y la Universidad está a dos pasos. «Se han tomado el campus como restaurante, con presas fáciles como cangrejos y carpas. Estupendo, es una buena noticia», apunta. Advierte que ahora, lo fundamental es dejarlas tranquilas y no molestarlas para que vuelvan a colonizar esas zonas.

Los restos de las carpas muertas aparecieron en el estanque de Económicas, excepto en un caso que se halló en el entorno de la laguna de Filología.

Si por algo se caracteriza el campus de Vigo es por su riqueza de flora y fauna, la parte positiva de estar ubicado en pleno monte, a quince kilómetros de la ciudad. Las nutrias se vienen a sumar ahora a los caballos salvajes, ovejas, conejos que pastan a sus anchas, zorros, tejones, garduñas, pájaros carpinteros, ánades reales, garzas, ardillas, cárabos, buitres leonados, lagartos, culebras, víboras de Seoane, tritones y salamandras rabilargas. Algunas de las especies, como estas últimas, tienen un elevado nivel de protección.

Otro ejemplo de la preocupación medioambiental de este departamento universitario es la colocación de cajas nido para murciélagos y aves rapaces. También cuenta con casi una veintena de especies de mariposa, una auténtica reserva que mantiene a buen recaudo.

La oficina de la Universidad, ubicada en el edificio Newton de la Facultad de Filología y Traducción, ha puesto en marcha zonas asilvestradas para que sirvan como refugio de la fauna. De paso, sirven como barreras paisajísticas.

Creada a finales de 1999 por el actual rector de la Universidad de Vigo, Salustiano Mato, entonces vicerrector de Investigación, al frente de la oficina se encuentra el director Benedicto Soto, que desarrolla el trabajo junto al técnico de Medio Ambiente, Sergio Ramos. Su gestión se extiende también a temas relacionados con el funcionamiento interno de la Universidad.

Los tres campus generaron casi seis mil kilos menos de residuos peligrosos durante el último año

Igual que desciende la contaminación por dióxido de carbono en la Universidad de Vigo, tal como se dio a conocer recientemente, los residuos peligrosos y restos de aparatos eléctricos y electrónicos han seguido el mismo camino en el último año. El estudio sobre la huella ecológica desarrollado por la Oficina de Medio Ambiente de la institución académica, desvela que en el 2015 se recogieron 23.300 kilos de este tipo de residuos, frente a los 29.260 del año anterior.

El descenso se achaca a la menor actividad como consecuencia de los últimos coletazos de la crisis económica y a los recortes generalizados en las universidades.La mayor cantidad de residuos procede del campus de Vigo, en concreto un 80 %, mientras que Ourense genera un 12 % y Pontevedra el 8 % restante.

Los vertidos sólidos contaminados son los más abundantes, junto a disoluciones acuosas, disolventes no halogenados y aparatos eléctricos y electrónicos. Sin embargo, son los residuos biopeligrosos y especiales los que producen valores más elevados de emisiones anuales de dióxido de carbono.

La procedencia es mayoritariamente de los laboratorios, como resultado de los trabajos de investigación y, en menor medida, de las prácticas de laboratorio del alumnado de estudios experimentales o técnicos.

Facultades como la de Química se encuentran entre las que más residuos generan, aunque también proceden de Industriales, Telecomunicaciones, el Cacti, la Ecimat de Toralla, Forestales, Bellas Artes, INEF, Politécnico y CITI. El tipo de producción de residuos puede variar de un año a otro en función de la investigación que se desarrolle durante ese período. También varían los restos de aparatos eléctricos y electrónicos, ya que su acopio no se hace de manera uniforme, sino que se pueden retirar durante varios años. A esto se suman, las tareas realizadas por el Grupo de Reciclaje Informática de la Universidad de Vigo (Gruvi) en la reutilización de ordenadores.