«Moros notables» visitan a sus paisanos en Bellavista

La Voz

VIGO CIUDAD

El colegio de los jesuitas era un hospital de guerra

05 oct 2016 . Actualizado a las 04:00 h.

El régimen franquista les llamó «moros notables». Eran líderes marroquíes que recorrían España, visitando a sus compatriotas heridos en los frentes de guerra. Franco había logrado el apoyo de estas tropas irregulares tras el golpe de Estado de 1936. Algunos de aquellos soldados habían combatido contra España tan solo diez años antes.

Los «musulmanes notables», como también se llamaba a aquellos visitantes, llegaron a Vigo a las siete de la tarde del 6 de octubre de 1938. Se hospedaron en el desaparecido hotel Continental, donde fueron visitados por el comandante militar de Vigo, Felipe Sánchez.

Al día siguiente se desplazaron hasta Teis para visitar a los heridos marroquíes convalecientes en la finca de los jesuitas. Cuando comenzó la guerra, el actual colegio fue transformado en un hospital de evacuación de los frentes de guerra.

Las autoridades también se vieron obligadas a habilitar una mezquita dentro del hospital. Estaba ubicada donde en la actualidad se encuentra el edificio de la comunidad religiosa del colegio Apóstol Santiago, y fue derruida en el año 1965. El hospital contaba con una dotación de enfermeras voluntarias de la Cruz Roja. Estas mujeres, en su gran mayoría jovencitas pertenecientes a la alta sociedad viguesa, recibían un curso para poder actuar como auxiliares de enfermería. Si querían, también se las instruía para poder actuar como ayudantes de enfermería. En 1938, se crea la Escuela de Damas Enfermeras de la Cruz Roja. Todos los días, los periódicos publican los turnos diarios y siempre se advertía de que, el turno de noche, tenía a su disposición un automóvil que salía de la calle Colón. Por la prensa de la época conocemos el nombre de las limpiadores del hospital. La razón de que aparecieran los nombres de Mercedes Montenegro, Valentina Collazo, Isolina Villanueva, Filomena Creo, Jesusa González o Elisa Agulla es que también realizaron una donación al centro hospitalario: un día de trabajo.

Recuerdo de aquella presencia quedó el nombre del «callejón de los moros» en el pasaje que rodea a la finca de los jesuitas por su parte norte. También en el cementerio de Pereiró quedó huella de aquella época ya que, en lo que se llamó alguna vez cementerio civil, se conservan varias tumbas de aquellos soldados.

El actual colegio de los jesuitas siguió siendo hospital hasta principios del año 1940 en que volvió a funcionar como colegio religioso. La expulsión de la Compañía de Jesús, a comienzos de la Segunda República, obligó a esta orden a trasladar este colegio a Portugal. Tras el golpe de Estado de 1936, los jesuitas se establecieron en Mondariz hasta concluir la guerra, momento en el que regresaron a su finca.