Artes y Oficios cumple 130 años

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Está de aniversario el centro educativo impulsado por García Barbón y el edificio ideado por Pacewicz

26 sep 2016 . Actualizado a las 13:04 h.

Mañana lunes cumple 130 años la Escola de Artes e Oficios, en su día también conocida como Universidad Popular. Se trata de toda una institución que representa la conciencia social colectiva de la ciudad. Porque nació para la instrucción de los obreros. Y allí se han formado miles de vigueses y cientos de ellos siguen asistiendo a sus actividades y talleres.

Inaugurada el 26 de septiembre de 1886, Artes e Oficios ocupa el hermoso edificio diseñado por el arquitecto Pacewicz y donado a la ciudad de Vigo por José García Barbón. Del día de su apertura, nos quedan las palabras del político, escritor e historiador Eduardo Chao, en ese momento presidente honorario de La Cooperativa, sociedad de artesanos impulsora de la escuela. «¿Cuántos en Vigo desde que es vulgar el convencimiento de que el bienestar y la prosperidad de los individuos y familias y el progreso de los pueblos dependen de su instrucción y de su carácter, no habrían hablado de la conveniencia de perfeccionar la aptitud de nuestros ingeniosos artesanos en una Escuela de Artes y Oficios?», se preguntaba.

Chao seguía con las dudas en plena industrialización: «¿Son verdaderamente incompatibles el hombre industrial y la máquina o, en otros términos, la existencia económica individual y el colectivo, entre el modesto taller y la grandiosa fábrica? (...) ¿Cuáles son las relaciones entre el trabajo y el capital? «. Y se respondía: «Problema complejo, inmenso, como no lo han conocido las edades y que, a nuestro juicio, irá resolviendo, parcial y sucesivamente, el instinto de la propia conservación que a las sociedades, como a los hombres, guía en los inagotables recursos de la civilización».

Tanto el nivel retórico del discurso como su contenido dejan en ridículo las típicas alocuciones que podemos escuchar de nuestros políticos últimamente. Porque Eduardo Chao sentenciaba: «No desesperemos, no. Las heridas que la Ciencia hace, la misma Ciencia las cura, que sería sacrílego pensar que nos diese Dios la razón sólo para el monstruo del mal».

Tras esta incursión filosófica, Eduardo Chao terminaba haciendo una entusiasta descripción de la Escuela de Artes y Oficios y de las ventajas que dejaba para la ciudad: «Será esta Escuela el complemento de la instrucción primaria; complemento que (...) hará más perfecto y fácil, fecundo y productivo su trabajo; que excitará y llevará el espíritu de empresa a los elementos de nuestra adorada Galicia, contribuyendo para emanciparla del extranjero; que pondrá en relación de cultura con las demás clases sociales a esta, la más numerosa y hasta ahora más desatendida por el Estado; y que la dignificará, colectiva e individualmente, alcanzando de la sociedad las consideraciones que en nuestro siglo se tributan espontáneamente al trabajo inteligente y honrado».

Las palabras de Eduardo Chao en aquella mañana anticipaban el gran papel que el centro educativo jugaría en el gran despegue industrial que Vigo que se vivió a partir de entonces. Obreros especializados y formados eran la base para una economía pujante, que se lanzaba a sectores como la construcción naval o la conserva.

Sucedió en el viejo y hermoso edificio diseñado por Pacewicz. La Escuela de Artes y Oficios cumple mañana 130 años.

Los nuevos vestuarios del estadio de Balaídos, ubicados en los bajos de la remodelada grada de Tribuna, estarán operativos el próximo martes coincidiendo con la visita de los inspectores de la UEFA que deben dar su aprobación de cara al partido con el Panathinaikos. Ese es el compromiso que Abel Caballero, el alcalde de Vigo, le transmitió al Celta hace aproximadamente un mes para poder cumplir toda la normativa requerida para poder participar en una competición como la Europa League. Además, la iluminación del estadio no será un obstáculo, ya que el club asumió el coste de 100.000 euros para cumplir con los mínimos exigidos para la fase de grupos.

Los trabajos en la nueva grada de Tribuna de Balaídos van contra el reloj para que todo esté en orden pese a las obras de remodelación en el primer partido de la Europa League como local del Celta. Una de las principales preocupaciones la representaba el cambio de ubicación de los vestuarios, que pasan de la zona tradicional de los bajos de la grada de Gol a la nueva Tribuna, cuya cubierta todavía está pendiente de revestimiento. Sin embargo, el conjunto vigués confía en que se cumplan los plazos dados por el alcalde y que el próximo martes la obra esté finalizada para que los inspectores de la UEFA puedan chequear sobre el terreno todas las instalaciones necesarias para el partido.

Entrenamiento y partido

Al día siguiente será el conjunto griego quien estrene las dependencias para el entrenamiento oficial y el jueves vivirán su puesta de largo con la disputa del partido de la segunda jornada del grupo G de la Europa League.

Otro de los temores que se cernían sobre la organización de encuentro hacía referencia a la iluminación requerida por la UEFA para poder celebrar un partido previsto para las siete de la tarde. Incluso sobre el Celta existía la amenaza de una sanción en forma de tres puntos con independencia del resultado del partido, pero el propio conjunto vigués decidió asumir el pago de 100.000 euros de sus arcas para que todo esté en orden. En estos momentos la iluminación de Balaídos cumple los parámetros exigidos por el organismo continental para la fase de grupos. De seguir adelante sería necesario un refuerzo.

A mayores hay que tener en cuenta que la falta de techo en la grada de Tribuna (cuestión que va a continuar así por lo menos un mes) ha provocado una alteración en la colocación de los abonados del Celta y que la afición visitante, los 400 invitados por la organización y los medios de comunicación tienen que estar colocados por normativa bajo techo, requisito que les lleva al graderío de Río.

Los inspectores de la UEFA estarán el martes a primera hora en el coliseo vigués

El conjunto vigués gastó 100.000 euros para que la luz sea óptima