La culpa

Soledad Antón García
Soledad Antón EL MENTIDERO

VIGO CIUDAD

30 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Vigo recibe cada año no menos de 150.000 turistas por vía marítima. Una cifra más que jugosa si todos patearan sus calles, compraran un recuerdo en sus comecios y disfrutaran de un refresco o un café en sus terrazas. Pero no es así. Y en buena medida no lo es porque es una ciudad por la que las compañías navieras pasan de puntillas. Vigo es un mero punto de atraque. Los atractivos para el crucerista, cuentan en sus promociones, están en Santiago, en A Toxa, en Baiona o en O Morrazo.

Y hacia esos destinos se encaminan las docenas de autobuses que, a pie de muelle, esperan a los visitantes en cada escala. Nadie les explica que no hace falta moverse de la ciudad para descubrir arquitectura con historia, poblados castreños, paisajes naturales de postal, la lonja que mueve más pescado de toda Europa, museos que guardan piezas singulares..., e incluso algunos de los mejores ejemplares de camelias del mundo, especie de la que los británicos, que son los cruceristas más numerosos, son particularmente devotos.

¿De quién es la culpa de que Vigo no tenga el protagonismo que merece en los cruceros? El Puerto dice que lo suyo es traer barcos, no buscar entretenimiento a los pasajeros; el Concello, que no le corresponde el trato con las navieras; Turismo Rías Baixas, que es cosa de las consignatarias; las consignatarias, que ofrecen los servicios que les piden... Y, mientras tanto, la casa sin barrer.

Seguro que no sería difícil hacerles saber a las navieras que Vigo es algo más que un puerto natural como hay pocos en el mundo. El día que dejen de pasarse la patata caliente seguro que la ciudad empieza a ocupar su lugar.