«Los Juegos Olímpicos son una forma de enseñar nuestro país al mundo»

macarena Bortolotto VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M. Moralejo

Brasileños residentes en Vigo siguen la cita de Río desde la distancia física y emocional

16 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En Vigo no hay actualmente ninguna asociación de brasileños. La última cerró en el 2011, coincidiendo con el fin del bum inmigratorio. Siete originarios del país donde se celebran este año los Juegos Olímpicos explican a La Voz cómo están viviendo el acontecimiento. Seis de ellos llevan diez años en la ciudad olívica más de diez años y una apenas quince meses.

Para este colectivo de brasileños, la celebración de la Olimpiada no tiene una repercusión importante en sus vidas. André Carbalho reconoce que no los sigue muy de cerca y Creuza María De Jesús López, que llegó a España con una compañía de baile en el 2001, reconoce que tampoco suponen ningún cambio en su vida. Tantiane Santos, sin embargo, declara que le habría gustado «vivir de cerca esta experiencia, sobretodo para aplaudir a la selección femenina brasileña de fútbol».

Y es que, aunque la mayoría vivan la cita de Río con distancia física y también emocional, la tierra siempre tira. Por eso, a la hora de elegir a quién apoyar, Creuza apuesta por «Brasil en primer lugar y en segundo por España. Soy española, pero la patria es la patria». Y André corrobora: «Apoyo primero a Brasil, aunque llevo tanto tiempo en Vigo que también voy por España». Enoque De Jesús Meneses lo tiene más claro todavía y opta únicamente por dar ánimos a su país natal: «Vivo aquí, pero mi corazón pertenece a Brasil, y eso no se puede cambiar por mucho tiempo que esté al otro lado del Atlántico». Aunque siempre hay una excepción: Eisenhower Gomes, originario de Bahía, dice que «personalmente apoyo a los equipos españoles, porque considero que juegan con más deportividad que los brasileños»

Curiosamente, en el grupo no hay mucho interés por el fútbol. Entre sus deportes favoritos destacan la natación o el tenis. En este último, tanto Santos como Gomes no dudan en animar a Rafa Nadal.

Sí coinciden en que los Juegos Olímpicos sí tiene efectos sobre su tierra natal y están al corriente de ellos. «Todo lo que es nuevo para nuestro país, es bueno para nuestra gente. Hay personas en Río de Janeiro que nunca salieron y no van a salir. Poder contactar con otras culturas en su terreno es una manera de traer el mundo a Brasil. Mi familia está en Río y mi hijo comenta que donde más nota la cantidad de gente que ha ido es en el aumento de tráfico en las vías», explica Creuza María.

Gomes lo ve con perspectiva. «Desde Vigo veo los Juegos como algo bueno para el país. Se han hecho algunas mejoras, pero no todas las necesarias a nivel social. Las Olimpiadas son positivas porque son una forma de enseñar el país al mundo a través de las pantallas y que se tenga en cuenta la realidad que se vive ahí». Lamenta que se gastase «mucho dinero en arreglar todo lo que se va a ver, pero no se invierta de la misma manera en educación ni sanidad». Meneses lo considera un acontecimiento maravilloso, «solo que en un país donde hay tanta pobreza habría que pensar más socialmente. Hay que tener en cuenta lo bueno y lo malo. Las Olimpiadas se hacen en Río y es ahí donde se llevaron a cabo muchas mejoras a nivel de limpieza e infraestructuras, pero el resto de Brasil está olvidado». Carbalho se pregunta qué será lo que realmente quede en el país cuando las competiciones se acaben. Y Núnez de Bahía coincide en que hay beneficios para todos los que viven del turismo y los espectáculos y Creuza María apunta que «los brasileños, pase lo que pase, siempre estamos contentos».

En cuanto a la pérdida de asociaciones culturales y lugares de encuentro en Vigo, explican que los brasileños son un colectivo con intereses e inquietudes muy diferentes aunque provengan del mismo país. «Muchos se reúnen por medio del deporte, como la capoeira, o de la religión, pero no existe una comunidad ni un espacio concreto en Vigo donde podamos celebrar el día de la independencia, por ejemplo», asegura Santos.

Enoque advierte que «Brasil es un país muy grande y los estados dentro tienen costumbres diferentes. Además no estamos acostumbrados a emigrar, por lo que no existe esa cultura de juntarnos en el extranjero». Quizás aquí también tengan necesidad de más referentes. Santos sostiene que, aunque quieran formar una asociación para reunirse, «falta un líder, alguien que tome la iniciativa y se encargue de llevarla a cabo». La esperanza no la pierden. Enoque de Jesús Meneses recoge el guante y dice que pronto habrá de nuevo una asociación brasileña en la ciudad.

«Vivo aquí, pero mi corazón pertenece a Brasil y eso no se puede cambiar»

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