De los inventores del «listo para llevar»...

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

m. moralejo

El hijo de los fundadores de Tahona Moderna innova creando una empresa de comida casera a domicilio

26 jul 2016 . Actualizado a las 09:37 h.

Hubo un tiempo no muy lejano en que eso de la comida preparada era algo que se veía en las películas americanas, pero en España era difícil encontrar un establecimiento así. Y menos, en Vigo. La Tahona Moderna, que nació como panadería en los años 60 de la mano del padre y el tío de Mario Vidal, empezó en 1985 la historia de lo que es hoy. Su idea revolucionó en su día el panorama de los menús listos para llevar, un socorrido invento, antagónico al fast food, que diariamente salva la vida a miles de personas, desde trabajadores escasos de tiempo a alérgicos a los fogones. Además, con lo que realmente transformó el mercado la empresa viguesa, fue con la posibilidad de facilitar al público el acceso a un tipo de cocina tradicional con una marca que terminó aunando el concepto de panadería-pastelería, comida casera y cátering.

El verano es también la «temporada alta» de las comidas preparadas. Como experto del sector, Vidal tiene perfectamente identificados tres perfiles: «el de la persona que está de vacaciones y viene a comprar algo para llevar a la playa, como empanadas, jamón asado, filetes empanados o ensaladilla; el que trabaja de mañana y quiere irse rápido a disfrutar de una tarde al aire libre con algo fácil de llevar o un bocata; y el que trabaja todo el día y no le apetece cocinar, pero quiere algo más elaborado. Para todos, tenemos lo que buscan», afirma.

A mediados de los 80, José Enrique Vidal y su mujer, María del Carmen Martínez, atendían las primeras tiendas Tahona Moderna en la calle Urzaiz y Sanjurjo Badía.

El proyecto se fue desarrollando sin prisas pero sin dejar de evolucionar «y con la misma filosofía en la cabeza, trabajar de forma artesanal, con mimo en los ingredientes y procesos de elaboración, sin echar mano de conservantes ni mejorantes», asegura Mario. Tras estudiar Márketing en Salamanca y pasar varios años fuera, trabajando en Madrid, Barcelona y Londres, se formó también en gestión empresarial, decidió volver a los orígenes y aplicar en casa sus conocimientos.

Cocina casera envasada al vacío

Siguiendo una línea de negocio estratégica, hace un par de años detectaron algunas ineficiencias en el sistema. «Buscando innovar nos encontramos con algo que se llama quinta gama, envasando al vacío comida casera para que no pierda calidad, siendo muy cuidadosos con la cadena de frío. De ello se encarga una empresa especializada con transporte refrigerado que te lo llevan a casa en un plazo máximo de 48 horas», cuenta Mario. Así nació Minevera.es, empresa paralela fundada por él con la que la comida viguesa de Tahona Moderna llega a toda España. «Es la nueva generación y somos pioneros. En el país solo hay en este momento tres empresas que sirvan comida a domicilio con estas características», indica. En la tienda de Sanjurjo Badía están las cocinas, que no cierran nunca. Una parte de la producción va a las ocho tiendas que tienen en Vigo y otra parte se envasa al vacío, para viajar, aunque este formato también lo están introduciendo en sus establecimientos locales, para quien quiera probar el resultado o para los que prefieran que los alimentos duren frescos más tiempo. «Por ejemplo, tenemos un menú de cinco platos por 25 euros que te da para toda la semana laboral», cuenta Mario añadiendo que también se preocupan por ofrecer combinaciones variadas y saludables con pescados, vegetales y carnes.

La empresa familiar, en la que también se integró su hermano Iván, en el departamento de administración, camina ahora hacia nuevos retos.

Además de la consolidación en el mercado online en España a través de Minevera.es, en el futuro próximo planean ampliar horizontes llevando las tiendas de Tahona Moderna por otras localidades de Galicia a través de franquiciados.

El joven profesional no solo ha crecido en el negocio de sus padres. Literalmente, se ha nutrido y ha pegado el estirón con él, porque, como asegura, lleva treinta años alimentándose de los platos que se elaboran en la empresa en la que actualmente despachan una media de 250 comidas diarias y alrededor de 1.500 barras de pan.