Reunión secreta de Concello y Celta para desbloquear Balaídos

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

El presidente del Celta no acudió a Uruguay ante los problemas del estadio

22 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El gobierno municipal y el Celta mantienen un completo mutismo sobre las obras de reforma de Balaídos, que se acometen desde hace un año y que se desarrollan con retraso, pero existe preocupación en ambas instancias por la posibilidad de que afecten al inicio de la liga. La última prueba es la reunión sin publicidad que en la mañana del miércoles mantuvieron el presidente del club y el alcalde en el Concello tratando de buscar una solución y de la que ninguna de las partes ha informado.

Según fuentes municipales, en este encuentro abordaron la situación de los trabajos, concretamente los problemas surgidos al desmontar la antigua cubierta y antes de colocar la nueva. En ese momento se descubrió que el estado de las columnas no permiten instalarla sin más, sino que requiere un proceso de refuerzo que llevará tiempo y sobre todo dinero. Y también que es preciso diseñar un nuevo sistema de alumbrado ya que sufre dificultades similares.

Ante la magnitud de problema generado, el presidente del club, Carlos Mouriño decidió no desplazarse a Uruguay, donde se encuentra el equipo, optando por ir a la reunión con Caballero acompañado de varios directivos del club, mientras el alcalde acudió al encuentro con sus concejales Ángel Rivas y David Regades. La segunda parte de la reunión será la que en cuestión de horas celebrará el Concello con Copasa para hablar de dinero.

Copasa reclama un incremento del 30 % en el coste

Copasa estima que los cambios en el proyecto encarecen el proyecto de Tribuna en un 30 %, cuestión que analizan los técnicos y el gobierno municipal en estos momento. La reforma de Tribuna fue adjudicada a la empresa en 4,8 millones de euros, lo que obligará a suplementar alrededor de otros 1,5 millones. Y en el caso de una administración pública, un modificado de este tipo no se hace de la noche a la mañana.

En conjunto, la reforma del estadio costará unos 30 millones de euros que financiarán casi en su totalidad Concello y Diputación a partes iguales, descontando los 2 millones que el club ha invertido ya en la grada de Río. Para que ambas administraciones reduzcan su aportación, el gobierno local debería conseguir la implicación de Zona Franca, lo que hasta ahora no ha logrado y que ha llevado al consorcio a estatal a una crisis por el enfrentamiento entre Caballero y la delegada del Estado, Teresa Pedrosa.

Con el club, aunque ambas partes tienen forzosamente que llegar a un acuerdo y hacerlo rápido, la reunión del miércoles estuvo precedida de un desencuentro público. El Celta anunció días atrás en su página web la suspensión del Memorial Quinocho por las obras en el estadio, algo que molestó en el gobierno local. Al día siguiente, el alcalde le respondió diciendo que debía ser otro el motivo pues en el resto de las gradas había espacio suficiente para los espectadores que tuvieran previsto acudir. Se basó en que otros años la asistencia no fue masiva, aunque el club siempre tiene que prever la opción de que los casi 23.000 socios de la entidad decidan personarse en Balaídos. Pero al margen de los desencuentros, buscar una solución es imprescindible para que el Celta pueda iniciar la liga con normalidad.

Dentro de un mes el club jugará el primer encuentro de la liga contra el Leganés

¿Qué puede ocurrir si el estadio no puede utilizarse al inicio de la Liga? Esa es la pregunta del millón que se hacen en los últimos días socios y aficionados ante la constatación de que las obras se han ralentizado. De momento, lo único seguro es la suspensión del Memorial Quinocho, todo un mal pronóstico, y que el primer partido de la liga se celebrará en Vigo, lo que reduce una semana de margen para completar los trabajos imprescindibles. Por el contrario, que se haya fijado para el lunes 22 de agosto a las ocho de la tarde con un club recién ascendido como el Leganés relaja la presión. Nada que ver con lo que hubiera pasado si el equipo rival fuera el Barcelona y el Real Madrid, por citar dos ejemplos.

Pero mientras Celta y Concello guardan silencio, la oposición popular sigue censurando el comportamiento del gobierno local. Las últimas críticas del concejal Miguel Fidalgo señalan directamente al alcalde como «único responsable» de lo que califica de «chapuza».