Concello y Puerto se alían para poner coto a las mafias en los mercadillos

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

El gobierno local gestionará el de Bouzas, en terreno portuario, además del de Coia

24 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

 

Tras ocho meses de suspensión, los populares mercadillos (el dominical de Bouzas y el de Coia todos los miércoles) volverán a instalarse a partir del 3 de julio, pero lo harán en condiciones muy diferentes. Con la reanudación va a modificarse el sistema de gestión, que ya no estará a cargo de una asociación gremial y recaerá en el Concello. Esto afectará tanto al de Coia, situado en un terreno municipal, como al de Bouzas, ubicado en el área portuaria.

El pacto alcanzado por el alcalde y el presidente de la Autoridad Portuaria hace tabla rasa de las prácticas existentes durante décadas, que conferían a la asociación de vendedores el poder de decidir el lugar donde instalarse y el cobro de las tasas a los ambulantes. Esto podía hacerlo el Concello en Coia, pero Abel Caballero y Enrique López Veiga han decidido extender el sistema también a Bouzas.

El objetivo buscado es acabar con las prácticas mafiosas que el pasado otoño degeneraron en un conflicto violento entre colectivos de vendedores, cuyo punto álgido fue el tiroteo de una furgoneta en la VG-20 que provocó el cierre de ambos mercadillos.

Tras estos meses de suspensión y con la familia de los Morones encarcelada, el gobierno vigués ha decidido reabrir los mercadillos. Sin embargo, los que quieran vender allí deberán presentar la documentación que exige la ley para una actividad de este tipo. En concreto, alta en la seguridad social, permiso de residencia en su caso y también el de manipulador de alimentos si se vende este tipo de productos. Y junto a ello, solicitar permiso al Concello y pagar las tasas municipales, estableciéndose después donde decidan los responsables municipales.

Francisco Giménez, representante de los vendedores, ha expresado su malestar por la decisión del Concello, a la que se ha sumado el Puerto. «No tienen corazón ni sentimientos. Estamos muy mal tras ocho meses de cierre. Es muy difícil reunir todos los documentos que exigen, por lo que les pedimos que se reabran y den un plazo para presentarlos». Pide también que se respeten «los derechos» de los vendedores anteriores y los lugares que ocupaban.

«Es un alivio para nosotros que exista una gestión municipal de la feria»

Los vendedores están molestos con el Concello ya que daban por sentado que en Bouzas todo iba a seguir igual. Esto es, que el Puerto les iba a alquilar el terreno a la asociación, que repartiría los puestos entre los vendedores y les cobraría por instalarlo. Sin embargo, López Veiga ha acordado con el alcalde aplicar el mismo sistema que en Coia.

«Es una buena idea acabar con el sistema anterior tras lo que hemos visto. Me alegré mucho que se suspendieran ya que había una mafia que controlaba su funcionamiento», explica el presidente portuario. «Y lo mejor es que sea el Concello quien lo gestione y que aplique las normas municipales. Casi puedo decir que es un alivio», reconoce.

Reconoce Veiga que en Bouzas se desea que siga el mercadillo y que el Puerto está por la labor, pero de forma controlada. «Así evitaremos también, como ocurría antes, que se ocupen vías de urgencia en la zona portuaria que siempre deben estar libres», señala.