Afronta dos años de cárcel tras montar un prostíbulo de cuatro habitaciones en un piso alquilado

La Voz VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

El dueño expulsó al implicado y a su pareja, que luego destrozaron la casa y revendieron muebles

26 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Un inquilino y su pareja se enfrentan a uno o más años de prisión por haber montado un prostíbulo con cuatro habitaciones en un piso alquilado y causas destrozos y revender los electrodomésticos como represalia porque el casero quiso expulsarlos.

El juicio iba a celebrarse ayer en el juzgado de lo penal número 3 de Vigo pero se suspendió. Los hechos se remontan al 15 de julio del 2009. Siempre según la Fiscalía, el casero alquiló el piso a una pareja, que ocupó la vivienda durante cuatro años.

En ese tiempo, montaron un negocio de realquiler de habitaciones a prostitutas. Además, montaron una enorme caldera en el patio comunitario del edificio. La conectaron con diversos tubos con los que atravesaron las paredes para suministrar agua a las bañeras de que habían colocado en cada una de las habitaciones para darle mejor servicio a los clientes y realquiladas. Además, instalaron sanitarios y mamparas de aluminio y manipularon la instalación eléctrica para enganchar la luz.

No solo eso, sino que en la vivienda acumularon efectos supuestamente robados como varios cajones de cajas registradoras, ropa de marca que todavía conservaba el dispositivo de alarma de la tienda y efectos pertenecientes a una clínica dental.

Orden de expulsión y daños

El casero empezó a oír rumores y quejas de los vecinos de que estaban pasando cosas raras en su vivienda y acudió a supervisar la casa porque, además, sus inquilinos habían dejado de pagarle la mensualidad.

El casero comprobó en mayo del 2013 que la vivienda alquilada había sido reformada sin su autorización. Los inquilinos habían hecho obras a sus espaldas pese a que el contrato lo prohibía. Fue entonces cuando su inquilino le confesó que el piso funcionaba como un prostíbulo y que él alquilaba habitaciones a chicas para ejercer la prostitución.

El casero le recordó que el contrato también prohibía realquilar las habitaciones y le ordenó al implicado que repusiera la vivienda a su estado original y que cesase la actividad como prostíbulo o le rescindiría el contrato.

El inquilino se negó a las condiciones del dueño y acabaron en los tribunales. El casero logró que un juzgado ordenase la ejecución del desahucio para el 4 de marzo del 2014.

Cuando llegaron los agentes judiciales y el cerrajero para cambiar la cerradura, se dieron cuenta de que el inquilino, supuestamente, lo había destrozado todo y se habían llevado los electrodomésticos para revenderlos. El casero cifró en 46.552 euros más 9.775 euros de IVA las pérdidas.

En concreto, la pareja está acusada de llevarse una lavadora, un microondas, un radiador y muebles. Los inquilinos se marcharon tras, supuestamente, causar destrozos en las paredes, suelos, puertas y armarios, ventanas, persianas, interruptores y enchufes, cuartos de baño, la placa vitrocerámica, el horno, el frigorífico y el calentador.

La Fiscalía pide un año de cárcel para la pareja por un delito de hurto o, alternativamente, dos años por apropiación indebida. También pide que el juzgado les multe con 5.400 euros, e indemnización con 56.327 euros al casero.

El fiscal pide que se investigue si los implicados además cometieron un delito de defraudación de fluido eléctrico por haber enganchado la luz al piso.