Vigovedra

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland LA BUJÍA

VIGO CIUDAD

06 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Pontevigo o Vigovedra. Es una gran noticia la reciente recepción que el alcalde Lores tributó al alcalde Caballero. Y que, en próxima fecha, será correspondida en la praza do Rei. Porque Vigo y Pontevedra son dos ciudades hermanas condenadas, o bendecidas, a entenderse.

Miles de ciudadanos transitan entre una y otra urbe cada día para trabajar a orillas del Lérez o de la ría de Vigo. A todos les cuesta una dineral, porque el peaje de la autopista es un atraco, al igual que lo es el tren. No se pueden cobrar 7,30 euros por un trayecto de ida y vuelta de apenas 12 minutos. Este tema, el del transporte, es uno de los que están sobre la mesa en las reuniones entre Caballero y Lores. También, el compartir servicios supramunicipales. Y en pelear aquellos asuntos en los que una ciudad y otra han sido relegadas por la Xunta y el Gobierno central. El aeropuerto de Peinador, víctima de una campaña orquestada de acoso y derribo, pese a tener el mayor potencial de pasajeros, es uno de los asuntos a defender. Al igual que el AVE con la Meseta, olvidado en un cajón para obligar a vigueses y pontevedreses a dar un largo rodeo por Santiago. Vigo y Pontevedra tienen mucho por lo que coordinarse y trabajar unidas. Por eso es una gran noticia la cordialidad de Lores y Caballero. Dos alcaldes con amplias mayorías logradas en plena zozobra de sus propios partidos. Vigo y Pontevedra seguirán creciendo. Y como en esas grandes ciudades americanas, sus barrios acabarán unidos, como un día se encontraron Nueva York y Nueva Jersey. El tren será entonces un metro. Y viviremos en una conurbación: Vigovedra o Pontevigo.