Las culebras son para el verano

Antón Lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO CIUDAD

CEDIDA

Un prejuicio cultural hace que provoquen un temor casi siempre irracional y muchas veces injustificado

02 may 2016 . Actualizado a las 12:23 h.

Que no cunda el pánico. En el ranking de bichos con mala fama, las serpientes ocupan un lugar destacado y proporcional al temor muchas veces injustificado y casi siempre irracional que nos provocan. Esto viene de lejos y tiene mucho que ver con un prejuicio cultural. A los redactores de la biblia estos bichos no le gustaban y entre todas las posibilidades las eligieron como símbolo de todos los males. Un bicho al que Satán elige como representante para provocar nuestra expulsión del paraíso y que incluso hace perder la paciencia a la santísima virgen (que se representa chafándole la cabeza) no puede ser bueno.

Imagínense como estaríamos ahora si, en su día, se les hubiera ocurrido representar como animal que entrega la manzana a Eva en aquel paraíso a una vaca o una gallina. La cosa viene a cuento porque ya habrán notado que suben las temperaturas, hace sol y, por lo tanto, ya podemos ir adelantando que en breve llegarán noticias de las serpientes entrando en las casas y cuadras de nuestro entorno periurbano e incluso, cuenca del Lagares mediante, en entornos urbanos.

Es en las cuadras donde suelen aparecer en primera instancia y alguna explicación había que darle al hallazgo una vez descartado por cuestión de física elemental que el bichín de medio metro tuviera intención de zamparse una vaca de seiscientos kilos (su piel es flexible, pero tampoco tanto). La otra opción posible pasaba por el asunto lácteo: la culebra estaba allí para chupar la leche de la vaca, dice la sabiduría popular. Como teoría no está mal, aunque se nos ocurre una objeción relevante y es que las culebras son reptiles, no mamíferos. Vaya, que no puede ser y además es imposible que vayan a intentar amamantarse.

El propio calor de los animales, sumado al lecho vegetal y a la fermentación de las abundantes bostas genera una reacción exotérmica, que es la forma fina de decir que hace calorcito, y es sencillamente eso, calor y refugio, lo que buscan nuestras amigas que, como buenas reptilianas, dependen de la temperatura exterior pues no generan su propio calor corporal.

También esa explicación, con el ingrediente añadido del despiste tras un letargo de varios meses, justifica que se cuelen en algunas casas. Casi siempre la protagonista es la culebra de collar (Natrix natrix). Nuestra amiga recibe ese nombre porque en su etapa juvenil luce un bonito collar amarillo que pierde en la etapa adulta, cuando su color pasa a ser de un verde oliva uniforme. La natrix es una culebra (que no serpiente), acuática aunque no siempre la encontramos en los cursos de agua, y le gustan especialmente los prados húmedos y zonas de cultivo.

Deshibernación

Vive, y eso les cuesta la vida muchas veces, cerca de zonas humanizadas. Es una culebra mediana (muy rara vez supera el metro de longitud) que se alimenta fundamentalmente de anfibios, insectos y micromamíferos. Estos días salen de la hibernación y empiezan sus amoríos, y por ambos procesos serán muy visibles durante las próximas semanas, al igual que la pasada primavera en la que batimos el récord de alertas por natrix que se colaron en las casas del entono de Vigo.

Lo importante es señalar que las natrix son absolutamente inofensivas. Carecen absolutamente de veneno y ni siquiera intentan morder cuando son capturadas. No tienen absolutamente nada que ver, ni en tamaño, hábitat, comportamiento y colores, con las víboras, que estas sí son venenosas y habelas hainas en el entorno de Vigo (pero esto será otra crónica).

Para ser honestos, no obstante, conviene señalar que algún riesgo si que existe con las natrix: uno de sus mecanismos de defensa cuando la capturas es vaciar su contenido cloacal (forma elegante de decir que se te mean encima) y ese líquido tiene un olor tan repugnante como persistente y difícil de eliminar. Un buen motivo para dejarlas tranquilas.

Nuestras inofensivas amigas son la especie más común en el entorno de Vigo a pesar de la sistemática destrucción de sus hábitats, y precisamente por ese temor, o al menos desconfianza que nos provocan, serían un buen ejemplo para lograr una coexistencia pacífica y amable entre nuestras especies.

Solo hace falta que tengamos con ellas la misma tolerancia y respeto que ellas, que estaban aquí mucho antes, tienen con nosotros. Si se nos cuela una culebra en casa, cosa que empezará a suceder estos días, apliquemos el principio fundamental ante cualquier emergencia: que no cunda el pánico.

El departamento de medio ambiente de nuestra Policía Local tiene ya una amplia experiencia en el asunto de capturarlas y tranquilamente devolverlas a su medio natural, aunque con frecuencia confunden las natrix con sus primas las culebras bastardas (estimados agentes, hay que fijarse en el tamaño pero sobre todo en las escamas supraoculares? y en la mala leche, con perdón, de las segundas).

Una simple llamada a esta eficiente patrulla soluciona el problema sin mayor complicación. Mucho mejor ese procedimiento, sobre todo para la culebra, que matarla, porque además de absolutamente inofensiva, no lo olvidemos, se trata de una especie todavía abundante pero protegida.