A Gavela: la apuesta por la agroecología

Antón Lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO CIUDAD

CEDIDA

Pequeños productores se agrupan para buscar una alimentación saludable

21 mar 2016 . Actualizado a las 11:32 h.

Cuando se convierten en cotidianos, los milagros dejan de serlo y sus autores desconocidos. Pocas veces nos paramos a pensar en las personas que cada día hacen el pequeño milagro de alimentarnos.

Un nacimiento tiene su parte de milagro también y siempre es buena noticia. A veces se da la coincidencia de todas estas cosas y tras una larga gestación nacía en Vigo hace unos días el sistema participativo de garantía A Gavela.

Dicho así es un poco críptico y precisa su pertinente explicación: érase una vez un grupo de labregos y labregas que se embarcaron en la romántica idea de recuperar la agricultura tradicional, su cultura asociada (pues cultivar viene de cultura) y dar todo el sentido y valor a la idea de que los alimentos saludables con la tierra lo son también con quienes los consumen.

Con esta visión de la tierra como amiga y aliada y no como rival a la que dominar y explotar, dieron un paso más y quisieron cultivar más cosas, como las relaciones entre productor y consumidor, y de esta forma aliarse con pequeños distribuidores de estos alimentos especiales.

Una cosa llevó a la otra y se acabaron aliando con grupos de consumo y tiendas especializadas. Una vez presentados y conocidos personalmente, ya saben, aquí el amigo tomate, aquí la amiga labrega, y aquí el que se va a zampar al tomate (que en esta relación es el que se compromete) solo faltaba darle forma, y eso es A Gavela.

No estamos hablando simplemente, que no es poco, de producción ecológica, sino de mucho más. A Gavela es una apuesta por la soberanía alimentaria, por la agroecología, por que seamos todos y todas quienes colectivamente podamos decidir en todas las fases del proceso los criterios de una alimentación saludable para quienes la consumen, para quienes la producen y para la tierra que es la que lo sustenta todo.

Sistema garantizado

La participación es la clave y por eso en A Gavela se agrupan pequeños productores, distribuidores y grupos de consumo, en todos los casos con muchas horas de vuelo, y de sacho para decidir conjuntamente el qué y el cómo.

Lo importante es que se trata de un sistema al que se le quedan pequeñas las certificaciones oficiales, pero ante todo es un sistema de garantía. A través de su recién estrenada página web (http://spg.saramaganta.info/), todos y todas podemos comprobar de forma transparente quién, dónde, cómo y cuándo produce estos alimentos, pero como decía el chiste «todos somos honrados, pero el poncho no aparece».

En A Gavela nos invitan a algo mucho mejor: visitar y conocer directamente a estos locos y locas lindas agroecologistas, conocer sus huertas, su forma de trabajar, compartir con ellas la emoción y valorar su esfuerzo, ser también todos y todas evaluadores y certificadores de sus procesos además de comprobar la aplicación de sus propios sistemas de certificación en muchos aspectos más amplios y exigentes que muchos sellos oficiales e inspirados en los más avanzados reglamentos europeos.

En A Gavela apuestan por la cercanía, la producción local, fresca, de temporada, sin agroquímicos, producida lo más cerca posible de donde se consume. Apuestan por el medio rural y por fijar allí su población y dignificar a sus habitantes. La sostenibilidad es esto.

No es casualidad que A Gavela nazca formalmente en Vigo. Las semillas, nunca mejor dicho, son pequeñas huertas repartidas por toda el área metropolitana, y no es casualidad tampoco que su lugar de nacimiento formal fuera en el local vigués de la cooperativa de consumo consciente Árbore, que fue a su vez la primera cooperativa gallega de consumidores de productos ecológicos.

De Vigo y su área son también las distribuidoras y tiendas que en esta primera fase se incorporaron al proyecto. Acaban de nacer y son ya 18 productores, tres tiendas y distribuidores y un par de grupos organizados de consumidores y consumidoras, pero su vocación es crecer y en ello están, creciendo.

Proyecto modesto

Todas estas cosas tienen su profundo significado, y hablando de esto con nuestra querida amiga y maestra en estos menesteres, Belén Fervenza, (por no hacer publicidad no diremos que su Horta do Cadaval es parte del proyecto), nos comentaba que una Gavela es más que lo que parece. Además de un manojo de hierbas, en muchas zonas rurales eran denominados así los grupos de forajidos. Algo de eso hay, en el más amable sentido de la palabra.

Un poco de forajidos lindos tienen estas personas que están cambiando el mundo para mejor, y lo hacen muy cerca, siguiendo el eficaz principio de que la mejor manera de decir las cosas es sencillamente hacerlas.

Conocerlos e incorporar sus productos a nuestra dieta es la mejor forma de ayudarles y de ayudarnos, y que sirva como modesto reconocimiento a esas personas pequeñas, en huertas pequeñas que con la tierra como aliada se marcaron como horizonte el prodigio de alimentar al mundo, y de paso enfriar el clima, que no es poco.