Aprobada la electrificación del último tramo portugués del tren Vigo-Oporto

c.p., J.F. vigo / la voz

VIGO CIUDAD

M. MORALEJO

En el lado gallego faltan únicamente los ocho kilómetros de Guillarei a la frontera

02 mar 2016 . Actualizado a las 04:00 h.

El Gobierno portugués ha tomado una decisión que beneficiará de manera relevante a las comunicaciones ferroviarias entre Vigo y la capital del norte luso. La empresa pública Infraestructuras de Portugal anunció ayer la electrificación del tramo pendiente de la línea que une Oporto con la frontera de Valença. Los 43,6 kilómetros que separan a Nine (Vilanova de Famalicão) de Viana do Castelo harán posible con su electrificación que el viaje entre Vigo y la segunda ciudad del país vecino se realiza en tiempos competitivos.

Cuando se ejecuten los 21,5 millones de euros que costará preparar la vía para que la utilicen los trenes eléctricos, solo restará en la parte gallega dotar de las misma propulsión a los ocho kilómetros de tendido existentes desde la estación de Guillarei hasta la frontera. Desde el Ministerio de Fomento existe el compromiso de abordar la obra en cuanto Portugal acometa su parte. Y no se trata de un demora por falta de presupuesto, sino de una medida de precaución para evitar el robo del material y tendido eléctrico si permanece en desuso, como ha reiterado el departamento que dirige ahora en funciones Ana Pastor.

El Gobierno español dispone de margen para acometer su parte ya que el Ministerio de Planeamento portugués calcula que las obras se ejecutarán a lo largo del 2017 y 2018. Tras años de paralización de las inversiones y reclamaciones de las autoridades y el empresariado luso, finalmente el nuevo Gobierno que encabeza el socialista Antonio Costa ha desencallado un proyecto que además de la región Norte lusa, también Galicia ha reivindicado, siendo incluso objeto de acuerdo entre los dos ejecutivos en las tres últimas cumbres Ibéricas presididas por los conservadores Mariano Rajoy y Pedro Passos Coelho sin que tuviese resultados prácticos.

En julio del 2014 se introdujeron ciertas mejoras en el servicio que semejaba un viaje al pasado. Tardaba más de tres horas e incluía numerosas paradas, además del cambio de los conductores que se producía en Valença para que se hiciera cargo del tren en cada país personal propio. En esa fecha ambos gobiernos optaron por eliminar varias paradas y por mantener a los ferroviarios durante todo el trayecto, además de la obligación de comprar un billete para el tramo de cada país. Como consecuencias de dichas mejoras la duración del viaje bajó a dos horas y cuarto de las más de tres horas empleadas hasta entonces en los dos trenes en cada sentido existentes.

90 minutos

Una vez electrificada la línea, la previsión es que el viaje pueda realizarse en 90 minutos, lo que convertiría al tren en una alternativa real a la autopista y más teniendo en cuenta que las dos vías existentes son de peaje. Además, desde la estación de Oporto el metro conecta con el aeropuerto Sa Carneiro, destino final de muchos de los usuarios que desde Vigo viajan a la segunda ciudad portuguesa.

La prueba de que unos tiempos competitivos incrementan el pasaje lo ofrece el dato de que con las dos horas y cuarto actuales el porcentaje de viajeros se incrementó en un 42 %.

La decisión adoptada por el Gobierno portugués en principio no tiene marcha atrás ya que ayer fue publicada en el Diario de la República.