«Si de algo puedo presumir es de haber tocado con los mejores de mi quinta»

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Nicolás Pastoriza actuó en la biblioteca de la Emao.
Nicolás Pastoriza actuó en la biblioteca de la Emao. xoán carlos gil< / span>

El músico vigués presentó ayer su último disco, «Luna de Kubrick», en un entorno inusual y muy especial: la biblioteca de la Escuela de Artes y Oficios

20 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde el óleo que preside la estancia, don José García Barbón vigilaba los movimientos de los músicos que durante toda la tarde de ayer, alteraron por unas horas el habitual silencio que flota en la vetusta sala de madera noble donde se ubica la biblioteca de la Escola de Artes e Oficios. Fue allí donde Nicolás Pastoriza presentó su último disco, Luna de Kubrick, junto a Marta Toro y la colaboración especial de Iván Ferreiro.

-¿Cómo surgió la idea de hacer un concierto en un lugar tan singular?

-Fue una idea de Julio Gómez, organizador del festival Sinsal, como una forma de reivindicar sitios estupendos que tenemos en Vigo para hacer no solo conciertos, sino otro tipo de actividades culturales, que mucha gente que vive aquí ni siquiera conoce. Uno es este. Yo ya lo conocía, pero lo cierto es que nunca pensé en la posibilidad de tocar aquí y me gusta la idea de que además del hecho musical sirva también para que haya personas que, de paso, descubran un lugar distinto.

-¿Impone el retrato de García Barbón?

-Lo justo. Se nota el espíritu del prócer soplándote en la nuca.

-¿Cuánto hacía que no pisaba una biblioteca?

-Mmmm. Para leer o estudiar, mucho tiempo, es lo malo que tienen las nuevas tecnologías. El hecho de poder descargarte libros te aleja de lugares como este. Pero sí me gusta ver bibliotecas bonitas cuando viajo. La última, en Roma, hace un año.

-¿Es el sitio más raro donde ha tocado?

-Bueno, también hicimos el año pasado unos conciertos en la cámara anecoica de la Escuela de Ingeniería y en el Museo de Arte Contemporáneo (Marco).

-¿Y como espectador, el lugar más extraño donde ha asistido a un concierto?

-Los que se hicieron en medio del bosque en el Festival Sinsal en la isla de San Simón. Y en una iglesia abandonada en Londres. No recuerdo más, pero fuera de España es mucho más habitual llevar espectáculos a espacios no pensados específicamente para ello.

-El título Luna de Kubrick hace referencia a la leyenda según la cual, el hombre nunca llegó a la Luna y de las grabaciones que se difundieron eran una ficción de la que se encargó Kubrick. ¿Es también un homenaje al cineasta?

-Es por ambas cosas. Aglutina muchos conceptos. Yo soy muy amante del fake, de todo lo que suene a conspiración y leyenda urbana. Y lo de Kubrick me parece una de las más grandiosas de todas las tomaduras de pelo. Quería reflejar los tiempos en los que vivimos, en los que se valora más el fake que el original y el decorado sobre la realidad.

-Luna de Kubrick ya está ahí, así que, trabaja ya en el siguiente disco?

-Sí, esto es como la moda. Presentas esta temporada el bikini de la estación siguiente. Hay que hacer discos. Me apetece, quiero hacerlo y lo haré mientras pueda. Además lo hago con gente con la que estoy muy a gusto. Si de algo puedo presumir es de haber tocado y colaborado con los mejores músicos de mi quinta, de esta ciudad y de más allá. Eso es un auténtico lujo. Además hoy por hoy es muy fácil hacer música: una grabadora, unos amigos y unas botellas de vino...