«Ahora se vende la mitad que antes de empezar la crisis»

m. j. f. vigo / lA voz

VIGO CIUDAD

14 feb 2016 . Actualizado a las 04:00 h.

La armería La Naval es todo un referente en Vigo con más de medio siglo de vida en la calle Carral. Al frente está Berta Rodríguez, que se hizo cargo del negocio en 1995, tras el fallecimiento de su marido. Los dos eran aficionados a la caza, aunque Berta solo a la mayor. «Yo cazaba por Galicia y fuera, en Soria, Toledo... No es que cogiera muchas piezas, porque hay que tener suerte. La mayor no es como la menor, que la sigues. En esa te adjudican un puesto por sorteo y si tienes suerte de que pase el animal por delante, bien, pero si no, nada, porque no te puedes mover del sitio», explica. Aunque hace años que dejó la caza, advierte que en Galicia es peligrosa. «La persona que está al lado, en otro puesto, tiene la costumbre de salir corriendo hacia el sitio donde ha oído el disparo para ver si han cazado la pieza o se escapó y eso es muy peligroso. No se puede salir del puesto, pero lo hacen».

Ahora se dedica en cuerpo y alma a la tienda, en la que además de armas de fuego tiene también objetos de cuchillería como navajas, espadas y catanas. También vende objetos de pesca, ropa, calzado, tiro con arco y prismáticos, entre otros complementos. «Lo que más se venden son escopetas y rifles para caza, pistolas para practicar tiro y escopetas de balines». Algunas de las armas de fuego cortas son adquiridas por policías para uso particular, como segunda arma, no para el trabajo.

Lo primero que hace a la hora de despachar un arma es pedir la licencia al posible comprador. Si no tiene permiso, excusa intentar la compra.

Sobre la influencia de la crisis económica en este sector, Berta comenta que «ahora se vende la mitad que antes de que se iniciara la crisis». Un cambio que ha detectado en los años que lleva al frente del negocio es que ha aumentado la clientela femenina, aunque todavía supone una cifra muy inferior a la hombres. Algunos de los clientes son expertos en armas y acuden a tiro fijo, a por una en concreto, mientras que otros se dejan asesorar por la propietaria. Cada vez que vende un arma tiene que dar parte en Intervención de la Guardia Civil, donde se lleva un control muy riguroso de las altas, bajas y documentación.