Pillan a una joven viguesa circulando bajo los efectos de cinco drogas en Arousa

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Tráfico intensifica los controles en la A-55 y la N-550, donde un conductor alcanzó los 94 km/h en un tramo limitado a 50

10 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Noche de lunes de carnaval. La juerga, en muchos casos, se acompaña de alcohol y drogas. Es una realidad a la que no son ajenos en el destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Pontevedra. Es por ello que, bajo la premisa de tolerancia cero, se están habilitando controles preventivos con motivo de celebraciones más o menos multitudinarias.

Pasadas las seis de la mañana de ayer, un operativo de Tráfico conformado por más de una veintena de agentes, dieciséis de ellos motoristas y en el que se incorporó el grupo de vigilancia de conductores potencialmente peligrosos, toma A Illa de Arousa. Se establecen tres puntos de control, el más importante en la rotonda del puente, la única vía de salida de la isla para todos aquellos que disfrutaron del entroido.

Bajo la lluvia y el viento, poco a poco, empiezan a caer los positivos. Hay a quien los agentes lo sorprenden con el vaso del cubata a medio consumir al lado del freno de mano y a quien lo delatan los vapores etílicos que emanan del vehículo en el momento en el que baja la ventanilla.

A diferencia de operativos anteriores, Tráfico ha echado mano de coches camuflados. Mientras un vehículo permanece en movimiento continuamente para detectar, principalmente, maniobras antirreglamentarias o conducciones erráticas, el otro se sitúa, estático, a unos trescientos metros del punto de control. En este caso, la misión de los agentes es detectar a aquellos conductores que, al percatarse del operativo de la Guardia Civil, opten por realizar un maniobra evasiva.

Y da resultado. A lo largo de la mañana, observan cómo cuatro conductores realizan el amago de dar la vuelta para evitar el control. En el último momento, cambian de opinión y deciden seguir por donde venían.

Un quinto no tiene esta pericia. La persona que iba al volante no advirtió el control policial hasta que estaba a menos de doscientos metros de distancia. Pisó el freno, metió marcha atrás y aceleró sin percatarse de que tenía ya pegado al coche camuflado. Consecuencia, lo embistió causándole daños en la defensa. Identificado el conductor, resultó que no tenía carné para vehículos de cuatro ruedas, solo para ciclomotores y este, por si fuera poco, sin puntos. Sometido al control de alcoholemia, prácticamente cuadriplicaba la tasa máxima permitida por la legislación. Los 0,93 conllevaron ya no una denuncia administrativa, sino su imputación por un ilícito penal.

Ocho y media de la mañana. Interceptan a una joven de 29 años con domicilio en Vigo. Sorpresa. Da cinco de cinco en el narcotest. Se detectan en su organismo vestigios de cannabis, opiáceos, anfetaminas, cocaína y metanfetaminas. Horas después se repite la historia. En este caso, un varón da positivo en cuatro de los cinco marcadores de estupefacientes. Tras algo más de seis horas, se contabilizan 335 pruebas, de tal modo que veinticuatro conductores han dado positivo por alcohol y tres por drogas.

Tráfico también ha intensificado los controles de velocidad y de alcohol y drogas en el sur de la provincia, concretamente en la A-55 y la N-550. En esta, un conductor fue captado alcanzando los 95 kilómetros por hora en un tramo limitado a 50. El dispositivo duró tres horas y hubo 112 denuncias.