Las palmeras hembra resisten más tiempo

VIGO CIUDAD

cedida

El insecto devora primero los ejemplares macho y deja para el final a las hembras

08 feb 2016 . Actualizado a las 10:54 h.

Rectificar es de sabios, dicen, y cuando nos equivocamos hay que reconocerlo. A principios de noviembre hablábamos del picudo rojo, el bichito devorador de palmeras, y comentábamos que las estimaciones del Concello sobre su extensión pecaban de optimismo. Tres meses después debemos asumir que cometimos el mismo error. Actualmente, nuestro pionero amigo no solamente se aplicó a sí mismo el concepto de área metropolitana sino que se le queda corta Pontevedra y ya es interprovincial. Resulta pertinente por tanto actualizar datos y mencionar algunas particularidades en el comportamiento de nuestro picudo invasor.

Lo primero es que, como bien sabemos en la ciudad, existen palmeras pero sobre todo hay mucho palmero. El asunto de los palmeros (no extrapolen, hablamos de plantas) es importante porque explica una paradoja consistente en ver algunos ejemplares totalmente secos y, a su lado, otros aparentemente sanos. Se trata de una cuestión de tiempo, pero también de género.

La respuesta es que existen palmeras macho y palmeras hembra, y a nuestro picudo amigo le gustan más los machos, que se zampa en primera instancia y luego, cuando el hambre aprieta, salta a las hembras. Por tanto, esos ejemplares sanos son hembras, probablemente infestadas pero que todavía no mostraron síntomas externos. En cualquier caso, le gustan preferentemente las palmeras canarias, las más comunes, y solo en caso de necesidad empezará a zamparse otras especies como las datilíferas y los palmitos.

La siguiente sorpresa desagradable que nos proporcionó el bichito es su resistencia al frío. Nadie imaginaba que siguiera activo con mínimas de siete grados, pero a un metro de profundidad en el interior del tronco, y con tan pocos días de temperaturas bajas, el artista vive plácidamente.

Otro dato sorprendente es su capacidad de dispersión. Como todos los coleópteros volar vuela, pero con torpeza, tanto que en general pasa de palmera a palmera caminando. Es muy raro que saltase decenas de kilómetros. La explicación más probable es que a nuestro bicho no solo se la traen al pairo los temporales sino que los aprovecha para navegar a vela y hacer saltos de decenas de kilómetros.

También sorprende su eficacia en eliminar las palmeras en las que se instala. Aquí descubrimos otra particularidad, en este caso de doña picuda. Normalmente los insectos se desplazan en grupo, pasan a otro huésped, traen al mundo nuevos bichitos, pero nuestra picuda no está para la vida en pareja y pasado el asunto sexual ella misma, con los huevos fecundados, se marcha, de manera que una sola hembra es suficiente para crear toda una colonia.

Y para finalizar les parecerá una broma, pero el picudo rojo tiene un primo que se llama picudo negro, el rhynchophorus palmarum, al que le da también por las palmeras, especializándose en atacar a las especies que desprecia el otro, entre ellas las washingtonianas de las que también tenemos en Vigo ejemplares singulares. En un área metropolitana normal, con infinidad de viveros que importan palmeras ornamentales, tomaríamos nota y se extremarían las medidas de precaución para evitar la llegada de este otro bicho sobre el que ya se lanzan las primeras alertas. Eso sería lo normal, por lo que ya nos imaginamos, otra vez, al responsable de parques y jardines partiéndose de risa, como cuando se le advirtió, con tiempo, de lo que pasaría con el picudo rojo.

También aprendimos que los tratamientos, una vez el árbol está afectado, son tan caros como ineficaces, al contrario que tomar medidas preventivas. Hay una cosa que nunca hemos valorado suficientemente: la creatividad de nuestro alcalde. Si revisan el currículum del gobierno municipal encontrarán perfiles cualificados. A partir de ahí la norma parece ser asignarles responsabilidades que no tengan que ver con su experiencia ni su formación. Dicha creatividad podríamos aplicar a nuestro responsable de la cosa arborícola urbana. Siendo gerente de una empresa de hormigones, en un momento dado Caballero decide que es la persona perfecta para llevar parques y jardines. Original sí que es, pero luego pasa lo que pasa.