La familia desahuciada de O Calvario se queda en Vigo y no irá a Tomiño

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma Fuentes VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

La Xunta le ha conseguido un piso en la calle Zamora y evita que tengan que irse

27 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

María e Israel no tendrán que marcharse de Vigo para tener un techo bajo el que cobijarse. Si hace unos días la Xunta les ofrecía, y ellos aceptaban, una vivienda en Tomiño con alquiler social, esta semana lograban su sueño, que no es otro que permanecer en la ciudad.

Gestiones de la plataforma antidesahucios (PAH) ante el Instituto Galego da Vivenda e Solo (IGVS) obraban el milagro y aparecía un piso en la calle Zamora que será su destino. La Xunta sabía de su existencia, pero lo tenía descatalogado debido a su antigüedad y a los años que llevaba cerrado. Sin embargo, los afectados lo visitaron y llegaron a la conclusión de que con unas reformas era mucho mas interesante para ellos que abandonar la ciudad.

Desde el IGVS se aceptó la propuesta y ahora mismo está siendo pintado y también se está cambiando la instalación eléctrica y revisando la fontanería.

Este caso es similar al de la familia de Augusto Pérez, que se instalará en cuestión de días en Balaídos. Durante varias semanas hubo un tira y afloja este ellos, asesorados por el colectivo Os Ninguéns, y la Xunta. Se negaban a dejar la ciudad con un argumento de peso ya que la madre, Filomena, padece una enfermedad laboral que le obliga a acudir con frecuencia al hospital.

El piso de Balaídos igualmente estaba fuera de oferta ya que el IGVS lo consideraba en mal estado. Sin embargo, lo aceptaron de muy buena gana y también está siendo renovado.

Este hecho fue el que llevó a la PAH a pedir a la Xunta que revisara las viviendas de su propiedad, incluidas las procedentes de la Sareb (el conocido banco malo) que han terminado en sus manos, independientemente de su estado actual.

La mediación de ambas asociaciones con la Xunta ha impedido que el año comenzara en Vigo con dos desahucios. En ambos casos se trata de familias sin ingresos y sin opciones laborales nulas desde hace años, lo que les impide asumir un alquiler ordinario ya que no tienen capacidad para hacer frente a los recibos. De hecho, los propietarios instaron su expulsión por la existencia de muchos meses de impago. Sobreviven con ayudas públicas de la Xunta y del Concello, y aún así con muchas dificultades.

La familia de Augusto está gestionando estos días apoyo municipal para hacer frente a los gastos del traslado, de la compra de algunos muebles y de la contratación de los servicios de agua y electricidad.