El juzgado de preferentes cierra hoy sus puertas tras resolver más de 2.250 pleitos

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Los trabajadores trasladarán esta mañana los 38 casos pendientes de juicio a otras salas

30 dic 2015 . Actualizado a las 20:52 h.

El juzgado especial de preferentes de Vigo cierra hoy sus puertas tras dos años y 4 meses en funcionamiento, en los que la jueza tramitó más de 2.256 pleitos. La sede de este tribunal de refuerzo está ubicada en un piso alquilado en la Travesía de Coruña que, cuando lo disponga la Xunta, acogerá al tercer juzgado de familia.

La jueza sustituta se marchó del juzgado de preferentes el día 15 y ayer solo permanecían los tres contratados interinos y el letrado judicial. Estos dedicarán la mañana de hoy a hacer la mudanza de los expedientes de 40 casos pendientes de juicio y varias decenas de asuntos en trámite. Dichas tareas sin rematar serán repartidas entre doce juzgados de primera instancia.

Desde septiembre, esta sala especial ya no admite nuevos casos de preferentes y subordinadas. Todos esos pleitos se los reparten los juzgados civiles. Los trabajadores dedicaron las últimas semanas a hacer diligencias, expurgos y desgloses, trámites que eran necesarios para cerrar el tribunal. Todo apunta a que los tres interinos contratados volverán a esperar su turno en la lista de la bolsa de empleo de la Xunta.

El juzgado de preferentes abrió el 2 de septiembre del 2013 y a finales de ese mismo año tramitó 973 demandas. En el 2014, entraron 1.005 más y el 2015, otras 263.

La avalancha de pleitos se produjo hasta mayo del 2014 cuando Abanca cerró un acuerdo con la plataforma de preferentistas para devolverles todos sus ahorros, con lo que zanjó el conflicto en la calle. El banco también pactó con numerosos clientes para no ir a juicio. Entre enero y septiembre del 2015, llegó a haber dos juezas, la titular y una ayudante, trabajando a destajo para reducir los juicios pendientes, con órdenes de cerrar el juzgado lo antes posible. Llegaron a celebrar juicios dos o más días a la semana. De los 2.000 casos que entraron, solo faltan 40 pendientes de vista.

Según datos oficiales del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), el juzgado de Vigo tramitó 2.256 asuntos. Recibió 2294 casos principales, de los que quedan pendientes de celebrar juicio 38, ya que la audiencia previa sí ha sido celebrada en todos. Estos casos irán ahora al decanato para su reparto entre los juzgados de primera instancia ordinarios. Desde el punto de vista estadístico se consideran resueltos 29 asuntos en los que ya se ha celebrado juicio y que están a la espera de sentencia.

Desde la presidencia del TSXG se hace un balance «muy positivo» del plan, puesto que ha evitado el colapso de los juzgados ordinarios de Primera Instancia y ha conseguido dar respuesta a las demandas de miles de ciudadanos en un periodo de tiempo razonable. El Tribunal Superior de Xustiza hace mención especial a las juezas, letrados de la administración de Justicia y funcionarios que en este tiempo han desempeñado sus funciones en los mencionados juzgados, quienes con su su trabajo y dedicación han logrado que la medida haya funcionado con éxito.

Tercer juzgado de familia

Las dependencias alquiladas en un edificio de oficinas servirán para albergar el tercer juzgado de familia. Allí se ubicarán la jueza de refuerzo y dos funcionarios que prestan servicio actualmente en Vigo y otros dos interinos que tiene que colocar la Xunta en breve. La previsión es que en enero ya esté funcionando el nuevo tribunal para desatascar los pleitos de familia.

Según fuentes de uno de los dos tribunales, el enorme volumen de sentencias de divorcio o incapacitaciones dictadas en los últimos años ha generado una bola de nieve de nuevos pleitos, como las ejecuciones, que son ramificaciones de las resoluciones.

Por ejemplo, genera mucha actividad la petición de autorizaciones de los divorciados para cambiar a su hijo de colegio o llevarlo de viaje al extranjero. También hay mucho movimiento de los tutores que acuden al juzgado a pedir permiso para vender bienes de los incapacitados que representan, sacar dinero de sus cuentas, cambiarlos de residencia de la tercera edad, hacer pagos rutinarios o incluso admitir una herencia. Cuantas más sentencias hay de incapacitación, más cosas nuevas le piden la juzgado.

El volumen de trabajo en familia ha aumentado con las recientes reformas legales. Por ejemplo, los incumplimientos del régimen de visitas ya no son una falta y, por tanto, los juzgados de instrucción no los tramitan. Ahora, el excónyuge debe presentar su queja en el juzgado de familia pero para ello debe contratar a un abogado y procurador, gasto que disuade a muchos padres.