La Galicia que está a punto de desvanecerse

VIGO CIUDAD

Álvaro Ballesteros

El mayor catálogo social del patrimonio gallego tiene catalogados casi 8.000 bienes. De ellos 56 forman parte de A Lista Vermella, aquellos en serio peligro de convertirse en la historia gallega que dejó de existir

15 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Ti dis: Galicia é moi pequena. Eu dígoche: Galicia é un mundo. Cada terra é como se fose un mundo enteiro». Soledad Felloza bien podría hacer suyas las palabras de Vicente Risco. Lo resume en una frase: «Case se podería dicir que hai demasiado patrimonio. É impresionante, porque en cada comarca de Galicia podes facer unha viaxe por diferentes épocas históricas, comezar polo megalítico e pasar pola Idade Media, polo Barroco, polo Renacemento...». Hace unos cuatro años, un grupo de personas activas en asociaciones y grupos abiertos se dio cuenta de que no existía un catálogo abierto del patrimonio que salpica cada concello gallego. Y decidieron crear una especie de Wikipedia, que lleva por nombre Patrimoniogalego.net y que gestiona un grupo multidisciplinar de personas con formación en el ámbito del patrimonio, de técnicos con conocimientos. A día de hoy, están a punto de alcanzar los 8.000 bienes catalogados. Algunos en buen estado. Otros, no tanto. Y 56 forman parte de lo que llaman A Lista Vermella, una enumeración de aquellos que se encuentran en peligro de desaparición. Hay un poco de todo. Desde palacetes modernistas hasta petroglifos. También conventos y castillos. Pedazos de la historia gallega que pueden desaparecer para siempre.  «Non queremos que o máis importante de Patrimoniogalego.net sexa esta lista, pero lamentablemente a día de hoxe aínda é necesaria», dice Felloza, sobre todo para «denunciar» el estado en el que se encuentran, ya sea por abandono, por ignorancia o porque esté afectado por una obra. Los bienes que pasan a formar parte de esa lista de la vergüenza «son cousas que están moi desfeitas e que precisarían dunha intervención cun gran orzamento, pero Patrimonio non ten un orzamento en consonancia á cantidade de bens que hai». Con esa inabarcable lista de bienes patrimoniales «evidentemente non hai cartos para chegar a todo». Pero los miembros de Patrimoniogalego.net «cremos na sociedade civil e que a sociedade civil non pode agardar a que todo veña resolto». Así que aprovechando la sinergia de la gente han creado el catálogo social del patrimonio. Cualquiera puede incluir en la lista la mámoa, el cruceiro, el peto de ánimas, la torre o el monasterio de su comarca. Eso sí, hay que acudir al lugar y sacar fotografías. Luego se elabora una ficha que localiza el bien y aclara si tiene camino de acceso, si está cubierto por la maleza, si corre peligro de desaparecer, qué es exactamente y de qué época histórica. Los editores revisan semanalmente las fichas incorporadas, comprueban si está protegido o no y se enlaza al planeamiento urbanístico y las suben a la mayor enciclopedia social del los retazos de la historia de Galicia. «Todo isto é grazas á xente, que colle o coche e métese polas corredoiras, polas leiras e polo monte para catalogar o ben».

La última incorporación a la enumeración de bienes en serio peligro de desaparición es el petroglifo de Redondelos, en Vigo, afectado por las obras de ampliación de la Zona Franca. «Claro que é necesaria a ampliación da Zona Franca e do polígono, pero cremos que o patrimonio pode convivir dentro dos avances tecnolóxicos», afirma Felloza. «Este petróglifo destaca moito porque os gravados non son comúns» y tanto las asociaciones de la zona como los responsables del catálogo social del patrimonio creen que el propio polígono podría contar con un valor añadido «cun oco para o cultural». De todas formas, de todo se saca un lado positivo. Porque algunos de los bienes que en su día pasaron a engrosar la lista roja «hoxe están en restauración». Y Patrimoniogalego.net ha nacido con la intención de ser una radiografía del patrimonio «ten que dicirnos o estado do noso patrimonio. E o ideal sería que a lista vermella desapareza, claro».

Porque una de las cosas que ha demostrado la web colaborativa es que el tópico de que somos los propios gallegos la principal amenaza para el patrimonio solo es eso, un tópico que poco o nada tiene que ver con la realidad. «Dende o momento que a xente sabe o que ten, cóidao, o problema é que a xente non sabe». Porque durante mucho tiempo los técnicos «pecaban de tecnicismo e había a sensación de que o patrimonio creaba un problema máis que un valor». Ya no. «Notamos que en Galicia está a haber un renacer do agarimo, do respecto e da valoración da xente do patrimonio da súa comarca, da súa comunidade ou da súa provincia». Y el movimiento que acerca la arqueología, la conservación y la historia a la población ha permitido que la gente empiece a querer y a proteger su patrimonio más cercano. «O patrimonio é da xente. O problema é cando facemos as cousas sen contar coa xente». 

Algo que sí está empezando a entenderse es que el patrimonio, más allá de ser una fuente de gastos o incluso de problemas, es un activo que puede generar rédito económico «e por suposto un dos bens patrimoniais que máis economía xera é a catedral. Entendémolo». Y también que en principio es difícil discernir qué bien es el que tiene mayor importancia. «Pero se excavamos, se o estudiamos» aparecen elementos de juicio que otorgan menor o mayor importancia a ese trocito del pasado de Galicia. «Nese caso poderíase entender unha partida de cartos extraordinaria para ese ben patrimonial, por exemplo».

Pero precisamente por eso es necesario un «sobreesforzo» vinculado al patrimonio porque toda Galicia «ten un patrimonio que xeraría  unha economía que permitiría que a xente quede no rural, por exemplo». Pero hay que tener un patrimonio bien promocionado y sobre todo bien atendido porque «moitas veces dedican cartos á restauración duns muíños e a facer unha ruta e despois esquécese iso e ao cabo de tres anos está cuberto e os cartos están botados ao lixo».

Lo que reclama también Sole Felloza y sus compañeros de Patrimoniogalego.net es una planificación responsable, no una restauración y punto. «É fundamental a implicación da sociedade civil, dos concellos, das aldeas porque a Administración pode axudar e ser quen o coordine» pero los vecinos y las asociaciones pueden mantener ese tipo de patrimonio, «sempre baixo un control». Y también la creación de una mesa del patrimonio. «Galicia está inzada de asociacións que están traballando polo patrimonio e que están traballando cada unha polo seu sitio». Y esa mesa por el patrimonio podría poner en marcha esa tan ansiada planificación responsable para cuidar, mantener y preservar para futuras generaciones lo que los gallegos de otras épocas levantaron. Ya lo dijo Vicente Risco: Galicia «Pode ser ela pequena en extensión; mais en fondura, en entidade, é tan grande como queiras».