Regreso al futuro

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland LA BUJÍA

VIGO CIUDAD

23 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Si Marty McFly fuese vigués, en 1985 no tendría un Delorean DMC-12, sino una C-15, la furgoneta que ha dado las más grandes alegrías a esta ciudad. Miles de familias comieron de su fabricación en Balaídos durante casi veinte años. Pero el modelo de coche para viajar en el tiempo no sería el único cambio con respecto a la película Regreso al futuro II. El principal sería que el 21 de octubre de 2015, fecha de su llegada según el guion, le asombraría lo que ha cambiado Vigo. Pero, también, lo mucho que sigue sin hacerse.

La primera sorpresa sería la Panificadora, que lleva más de treinta años en ruinas. Pero la lista de lo nunca concluido en tres décadas, tras ocupar páginas y páginas en los diarios, se haría interminable. Buen ejemplo es la Cidade da Xustiza, de la que se habla desde el siglo XX. Lo mismo sucede con el proyecto de metro ligero, tranvía urbano para el que este mismo año la Xunta volvió a encargar el enésimo estudio informativo.

El tiempo tampoco pasa para el área metropolitana, que ya propuso en su día Manuel Fraga, que dejó de ser presidente de la Xunta hace más de diez años. Otro tanto acontece con proyectos que nunca pasaron de maqueta, como el nuevo ayuntamiento o el plan Nouvel. Por no mencionar el traspaso a Vigo de la avenida de Madrid, el AVE por Cerdedo, la estación intermodal, la ampliación de Rande, la Plisán, la urbanización del barrio del Cura, la ETEA, el Campus do Mar, la ronda litoral de Beiramar, la reforma de Samil o el plan de usos del puerto.

Es mejor no seguir, porque la lista podría ser interminable. Es cierto que la ciudad, en treinta años, ha cambiado mucho y, en general, para bien. Pero también es verdad que hay proyectos que se hacen eternos. Antes de que los veamos terminados, es más fácil que conozcamos la tecnología del condensador de fluzo.

eduardorolland@hotmail.com