Bruno y Carlota viven en una casa de acogida, y no es un cuento

Begoña Rodríguez Sotelino
b. r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

En su página de Facebook, Berce muestra la imagen de dos de sus nuevas «peque-socias».
En su página de Facebook, Berce muestra la imagen de dos de sus nuevas «peque-socias».

La Asociación Berce alberga a 36 niños en tres centros de menores en Vigo y edita un libro celebrando 20 años de trabajo

01 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Bruno y Carlota son dos nombres ficticios que representan a todos los niños y niñas que, por diferentes motivos (malos tratos, desprotección o abusos) se ven en la necesidad de abandonar su núcleo familiar y residir en una casa de acogida. Ellos son los protagonistas de O Grilo Máxico, un cuento escrito por el ferrolano Antonio Manuel Fraga (Premio Merlín 2013) e ilustrado por Antonio Seijas, con el objetivo de sensibilizar hacia la normalización de los Centros de Menores.

El proyecto forma parte de la campaña de la Asociación Berce, que cuenta en la ciudad con tres centros, además de uno en Ourense, y atiende de manera integral a 36 niños de diferentes edades.

El colectivo ha lanzado una campaña de mecenazgo a través de la plataforma Verkami para costear el lanzamiento de la obra de la que se editarán mil ejemplares. La entidad ha cifrado en 3.000 euros la financiación de la edición en la que pueden colaborar los internautas a través de aportaciones económicas que van desde los 12 a los 250 euros. Aunque aún quedan 30 días para cerrarse el plazo ya han superado la barrera de los 2.200 euros. Según la aportación, los participantes reciben diversos tipos de recompensas, desde ejemplares de la obra a camisetas o productos solidarios de la propia asociación.

El colectivo Berce fue fundado en 1995 en Vigo por un grupo de voluntarios que compartían la misma inquietud y este año celebra su 20 aniversario habiendo ofrecido cobijo en sus centros a cerca de 4000 jóvenes a lo largo de este tiempo.

Sensibilización

Está gestionado por un grupo de profesionales cualificados, como pedagogos y educadores sociales y en las casas de acogida ofrecen a los menores una atención especializada y multidisciplinar en base a un proyecto educativo individualizado que incluye planes de formación, inserción laboral y ocio y tiempo libre.

Miguel Ángel Yagüe es el presidente de la oenegé que se esfuerza en crear conciencia y responsabilidad social sobre los menores que acogen, luchando por generar normalidad.

Para ello llevan a cabo diferentes campañas de sensibilización social destinadas a ayudar a mejorar la imagen que proyectan los centros de menores y los propios menores. Se trata, según cuenta, de cambiar la percepción que la sociedad tiene hacia las casas de acogida, tratando de ofrecer una visión normalizada, alejada de los prejuicios heredados de modelos anticuados y poco integradores, como orfanatos o correccionales.

«Creemos necesario hacer visible la existencia de estos recursos educativos con el objetivo de normalizarlos y evitar que los niños que atendemos se sientan marcados o estigmatizados por tener que vivir en ellos, aunque sea de forma temporal», indica.

Además de sus centros tiene una red de casas de familia. La decisión de optar esta modalidad se fundamenta en las características propias de este recurso en el que la convivencia es similar a la establecida en el domicilio de una familia natural, tanto por el espacio físico, como a nivel social. «Todo ello influye, positivamente, para que la vida de los menores que residen en estas viviendas sea lo más normalizada posible. Los niños, de edades comprendidas entre los 0 y los 18 años, se encuentran residiendo en nuestros centros debido a diferentes problemáticas existentes en el seno familiar que han supuesto la determinación de una situación de riesgo o desamparo, siendo derivados a nuestros recursos por el Servicio de Atención al Menor de la Xunta de Galicia. En estas casas de acogida se proporciona atención especializada a los niños los 365 días del año, las 24 horas».

Voluntariado

El colectivo admite la colaboración de voluntarios mayores de 20 años, a los que seleccionan tras una entrevista personal, y también tiene abierta una campaña para convertirse en socio colaborador contribuyendo a financiar sus actividades aportando 5 euros al mes. La asociación también pretende sembrar la semilla de la solidaridad entre los más jóvenes convirtiéndose en peque-socios con carnet que contribuyen a financiar las casa de acogida y actividades.

Por otra parte, como obra literaria, el relato O grilo Máxico constituye en si mismo un instrumento de animación a la lectura destinado a público infantil. El germen de esta historia, que se editará solo en gallego, también sirvió de base para el espectáculo celebrado en el Teatro Afundación en el que también se recabaron fondos para Berce.

En este relato, Bruno y Carlota, que viven en una de las casas de acogida de Berce, resolverán un misterio y conocerán a un pequeño personaje que revolucionará sus rutinas diarias.