«Más vale honra sin barcos»

VIGO CIUDAD

Se cumplen 125 años de la inauguración, con gran pompa y boato, de la escultura a Casto Méndez Núñez en la plaza de Compostela

25 ago 2015 . Actualizado a las 00:46 h.

Ayer cumplió 125 años el monumento de Vigo más apreciado por las gaviotas. Se trata de la estatua dedicada a Casto Méndez Núñez, situada en la plaza de Compostela. Sea por la pose de nuestro héroe, o por la aleación metálica empleada, lo cierto es que supone un atractivo irresistible tanto para la gaviota reidora como para la patiamarilla, que utilizan la cabeza del marino vigués, o su brazo, para posarse a contemplar las vistas de la Alameda. Además, la escultura parece atraer las deposiciones de estas simpáticas aves, de modo que habitualmente luce cubierta de guano, con churretes que van de la cabeza a los pies. Por desgracia, ningún emprendedor vigués ha decidido explotar este abundante recurso, ya que de la estatua podrían obtenerse anualmente varias toneladas de abono, a poco que se diseñe un plan de explotación adecuado.

Dejando al margen esta característica escatológica, lo cierto es que el monumento a Méndez Núñez está de aniversario. Fue inaugurado el 22 de agosto de 1890, con gran pompa y boato, además de la asistencia de toda una personalidad del momento, el inventor del submarino, Isaac Peral. Aquel viernes, un inmenso gentío se dio cita en la plaza de Compostela para contemplar una estatua que fue sufragada por la «sociedad higiénica y recreativa» Gimnasio, que pagó sus honorarios al escultor Agustín Querol tras hacer una cuestación entre sus socios.

No sabemos si por falta de fondos, la realidad es que la estatua tiene unas dimensiones poco apropiadas para su pedestal. Méndez Núñez aparece bastante empequeñecido en comparación con la base del monumento. En cualquier caso, es un bonito conjunto, que representa al almirante con un gesto airoso, mirando en lontananza. En una mano, lleva un sable y unos prismáticos. Con el otro brazo, extendido, señala el horizonte. Un pergamino de bronce en el basamento lleva la que fue, sin duda alguna, su sentencia más aclamada: «Más vale honra sin barcos que barcos sin honra».

La inauguración de la escultura, hace ahora 125 años, se convirtió en una gran fiesta local, con un inmenso gentío congregado en la Alameda. Además de Isaac Peral, asistió al acto un familiar del marino, Isidoro Méndez Núñez. Y la parte musical estuvo a cargo de los orfeones La Oliva, de Vigo; Los Amigos, de Pontevedra; Orfeón Gallego, de Lugo; las bandas de música municipales de Tui y Vigo; y las de los regimientos de Murcia y de León.

Méndez Núñez había muerto en su casa de Pontevedra el 21 de agosto de 1869, 21 años antes de la inauguración de su estatua. Nacido en Vigo en julio de 1824, en esta época su familia poseía en la ciudad un hermoso pazo, que luego pasó a propiedad de la familia Cuesta y en el que viviría sus últimos años la escritora y jurista Concepción Arenal. Hoy esta casa noble ha desaparecido, pero su balconada principal se conserva en los jardines del parque de Castrelos, a donde fue trasladada.

El héroe del Callao había nacido en una casa en la plaza de la Constitución, donde hoy en día se conserva una placa conmemorativa, que también fue inaugurada hace 125 años.

A su muerte, en 1869, Méndez Núñez fue despedido con auténtico fervor popular. Sus restos fueron sepultados primeramente en Pontevedra. Cinco años más tarde, se trasladaron a un panteón que su familia tenía en la capilla de O Real, en Moaña, que fueron visitados en 1877 por el rey de España, Alfonso XII.

Finalmente, el Gobierno decidió dar mayor relevancia a la sepultura de Méndez Núñez y, el 9 de junio de 1883, sus restos mortales fueron llevados al Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando, en Cádiz. La ceremonia de aquel traslado se convirtió en un nuevo homenaje al héroe del Callao. Su ataúd fue embarcado en la fragata Lealtad, mientras la Escuadra Británica al mando del almirante Dowell, que se hallaba fondeada en Vigo, rendía honores disparando salvas en medio de la ría.

Así que la inauguración de la estatua del marino fue el colofón de varios años de homenajes a su figura. Hoy, sigue siendo un personaje popular. En el Museo de Pontevedra, el llamado «camarote de Méndez Núñez» es uno de los espacios más visitados. Y la frase que se le atribuye se ha convertido en todo un clásico: «Más vale honra sin barcos, que barcos sin honra».