«Tienen una planta cerrada y no quieren negociar», se queja el presidente tras un año de gestiones con la empresa concesionaria y el Concello
18 ago 2015 . Actualizado a las 23:48 h.El aparcamiento subterráneo de la avenida de Castelao es el más deficitario de los cinco que construyó el Concello vigués a finales de la década pasada y que fueron entrando en servicio de forma escalonada al inicio de la actual. Tanto, que la empresa concesionaria de la instalación, Cocheras Olívicas de Puentes, controlada por Puentes y Calzadas, se encuentra en concurso de acreedores y el gobierno municipal decidió semanas atrás inyectarle 6,4 millones de euros para evitar su quiebra.
En este contexto de una infraestructura municipal en crisis, la asociación de vecinos O Torreiro, de Coia, ha desvelado que lleva dos años intentando, sin éxito, negociar con la empresa para alquilar la mitad de las plazas a precio tasado. Según explica su presidente, Marco Antonio Iñarrea, han mantenido reuniones con Cocheras en presencia del Concello, pero la sociedad no ha mostrado interés.
«Nosotros le ofrecimos el alquiler de la segunda planta, que tienen cerrada por falta de clientes ya que incluso en la primera hay pocos coches. En total son unas 200 plazas y considerábamos que 60 euros/mes era un precio razonable. Pero no nos han contestado y sigue clausurada», explica.
A la vista de los últimos acontecimientos, cree que el precio por plaza debería ahora ser inferior a esos 60 euros que habían propuesto. «El Concello le va a dar a la empresa 6,4 millones de euros y eso tiene que cambiar la tarifa ya que es dinero público, de todos nosotros. La alternativa, en caso contrario, es mantener la planta cerrada con llave, como está desde el principio, ya que no ha llegado a estrenarse», obviamente por falta de demanda.
«No podemos entender lo que pasa. Es como si en una panadería no quisieran vender pan y en este caso es un aparcamiento sin ocupar que no tiene interés en alquilar plazas libres y a la vez recibe dinero municipal», afirma contrariado.
La asociación que preside tiene 250 socios y su sede en el club de jubilados. Con esta masa social cree que podría ocuparse la planta baja pues se trata de una zona de edificios sin garajes y existe demanda. La clave está en ofertar un precio adecuado al área donde se ubica.
Para llegar a un acuerdo que beneficie a los vecinos (que dispondrían de aparcamiento), al Concello (retirando coches de las calles) y a la empresa (que ocuparía plazas vacías) «hace dos años mantuvimos una reunión con el entonces concejal de Fomento, David Regades, y un representante del aparcamiento en la que le transmitimos nuestro interés, pero la empresa no mostró ninguno. Hace un año volvimos a hablar con la empresa, de nuevo sin resultado alguno, y también mantuvimos una segunda reunión con Regades».
Ahora, la asociación está pendiente de una nueva gestión con la concejala de Urbanismo. Confían en que finalmente se desbloquee el alquiler de las plazas.
«Nadie las quiere en concesión 50 años por 24.000 euros», asegura Marco Iñarrea
El pliego de condiciones para adjudicar la construcción y explotación del aparcamiento de Castelao establecía que las 202 plazas de la planta inferior serían preferentemente para residentes. Se ofrecieron inicialmente en 27.000 euros mediante una concesión, no en propiedad, por un período de 50 años, tiempo en el que cada usuario tendría que sufragar gastos de mantenimiento.
Como ocurrió en los otros cuatro párkings construidos a la vez, la iniciativa fue un completo fracaso. En Castelao, según los datos disponibles, son solo cuatro las plazas adjudicadas. En los demás, si acaso con la excepción del de Policarpo Sanz-García Barbón, también muy pocas.
«La gente quiere plazas en propiedad o en alquiler, no una concesión por 50 años por 24.000 euros que piden ahora, al cabo de los cuales se pierde la titularidad y encima pagando mantenimiento. Ha sido un fracaso, pero no han respondido a nuestra propuesta», destaca el presidente de la asociación vecinal.
El Concello reconoció el fiasco de unas adjudicaciones que coincidieron con el momento álgido de la crisis económica. El anterior gobierno anunció nuevos párkings (Balaídos, Travesía de Vigo, Bouzas y otros) en los que se eliminaría el tope de los 50 años pese a la existencia de problemas legales. Ninguno de ellos fue adelante ni hay previsiones.