Una plataforma social da clases de recuperación gratuitas con almuerzo

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

La responsable, Ana Losada, con los niños al fondo, en la oficina de la calle Pino donde tienen lugar las clases de apoyo.
La responsable, Ana Losada, con los niños al fondo, en la oficina de la calle Pino donde tienen lugar las clases de apoyo. óscar vázquez< / span>

No exige ningún requisito económico ni social para acceder al servicio

21 jul 2015 . Actualizado a las 04:00 h.

La plataforma social de ámbito estatal Música por la Paz ha organizado por primera vez en Vigo clases de recuperación estivales para escolares en las que se incluye el almuerzo. A la hora de la admisión no exige ningún requisito social ni económico. Puede beneficiarse cualquiera. Solo requiere el nombre, teléfono y dirección. Como mucho pregunta si el alumno tiene alguna alergia.

«Viene de todo, algunos con ayuda de organizaciones como Cáritas y otros que no necesitan; tienen su móvil, su tableta...», explica la responsable de la organización, Ana Losada.

El horario va de 10.00 a 13.00 de lunes a viernes, aunque existe cierta flexibilidad, lo que hace que durante ese tiempo cada uno acuda cuando pueda.

Es a media mañana, sobre las 11.30 horas, cuando ofrece a los chavales una especie de brunch a base de zumos, yogures, alguna pieza de fruta y bollería, entre otras cosas y dependiendo del día. En total, son una veintena los escolares que acuden, aunque podrían ser más por la demanda de las familias. El tope se ha establecido en función del espacio disponible. Y es que las clases se imparten en una oficina del número 63 de la calle Pino y no da para más.

Las edades de los estudiantes oscilan de los 5 y los 15 años, pero la idea es ponerlas de siete a diecisiete. Si en algún caso se ha admitido alguno más pequeño es porque acude con un hermano que se hace en cierto modo responsable, explica Ana Losada. «El propósito es ayudar a hacer los deberes para que puedan recuperar y aprobar en septiembre, porque algunos vienen con muchos suspensos», añade.

Lo habitual es que Música por la Paz, que tiene diez centros por distintos puntos de España, organice actividades musicales con los niños, de ahí el nombre. En el caso de Vigo optó por cambiar la música por clases de apoyo ante la insistente demanda de las familias. Losada no descarta que el próximo año se introduzcan aspectos musicales como complemento. La plataforma intenta luchar contra la exclusión social, aunque no se hable de ello. La primera experiencia con las clases de recuperación tuvo lugar el pasado curso. Entonces eran menos niños y se impartían de 16.30 a 20.30 horas con merienda incluida.

La financiación procede de empresas, particulares, y de la venta de rifas, que se ofrecen por la calle al precio de un euro.

El próximo sorteo será el día 30 de este mes y el boleto premiado, que deberá coincidir con el número del sorteo de la ONCE de ese día, consiste en un crucero por el Mediterráneo para dos personas de ocho días de duración.

Vida Digna también ha intentado poner en marcha clases de apoyo

La organización Vida Digna ha intentado poner en marcha clases de apoyo gratuitas para ayudar a las familias necesitadas, muchas de las cuales acuden a su comedor social de fin de semana.

Sin embargo, según apunta el vicepresidente, Ricardo Misa, la gente no está por la labor porque está más preocupada de buscar algo para dar de comer a los hijos que de la educación. Reconoce que es una pena, pero entiende que en los momentos de carencias extremas, las familias se preocupen por lo básico y desatiendan otras necesidades no menos importantes.

Dos viguesas buscan colegios para ampliar los comedores de desayunos

Silvia Montes y Rebeca Núñez son dos jóvenes viguesas pioneras en la implantación de un comedor escolar gratuito de desayunos para niños sin recursos.

El primero lo abrieron este curso pasado en un colegio del barrio de O Calvario, donde les cedieron el espacio para hacerlo posible. Su idea es ampliar la iniciativa a otros centros, pero para ello necesitan la colaboración de los colegios con el objetivo de que les permitan utilizar el comedor escolar.

El llamado Comedor de Buenos Días ha atendido en su primera experiencia a 25 escolares entre 4 y 16 años. Todos ellos pertenecían a centros educativos de O Calvario y cumplían una serie de requisitos. La comida es donada por supermercados y particulares a la asociación Abriendo Caminos.