Una plaga de pulgas alarma a los vecinos de la calle Miño

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

Los vecinos atribuyen la molestia a la falta de higiene en una vivienda con cinco perros que nunca salen de un patio

03 jul 2015 . Actualizado a las 13:06 h.

Una plaga de pulgas hace la vida incómoda a los vecinos de la calle Miño, en Bouzas. Los pequeños insectos se han reproducido en una cantidad anormal y pican a los vecinos cuando entran o salen de sus casas. Hay negocios de esta transversal de la calle Tomás Paredes que se están viendo perjudicados por este fenómeno. El Concello ha fumigado la avenida cinco veces este año, pero la población de pulgas vuelve a crecer al cabo de unos días. La última vez que se llevó a cabo la desinfección de la vía pública fue el miércoles por la tarde. Operarios municipales aplicaron el insecticida de forma intensiva en toda la avenida, lo que obligó a cortar el tráfico y no poder aparcar durante horas. Los vecinos temen que dentro de poco tiempo vuelva a crecer la población de parásitos.

Creen que este problema se debe a la falta de higiene en una de las casas del vecindario. Hace un año un matrimonio alquiló una vivienda unifamiliar. Llegaron con cinco perros y varios gatos que viven en un patio y nunca los sacan de ahí. Los afectados afirman que el origen del problema son las condiciones insalubres en las que se encuentran los animales. Dicen que el olor a veces resulta insoportable y que el problema se agrava ahora con la llegada del calor. Han intentado dialogar con los vecinos para que procuren tener a sus perros limpios, pero no han conseguido que les hagan caso porque niegan ser el origen del problema. Normalmente no abren la puerta. Policía Local y los servicios sociales del Ayuntamiento están al corriente. Agentes de la patrulla del Seprona de la Guardia Civil de Vigo inspeccionaron la zona esta semana y han abierto diligencias que han sido remitidas al juzgado.

«He tenido que ir al médico porque se me han infectado las picaduras», afirma Verónica Novoa. «La cartera se niega a venir y tampoco lo hace el panadero, que tuvo que fumigar su vehículo», añade Lina Trigo, otra vecina. Los afectados piden una solución definitiva, que pasaría por la entrada en la vivienda para llevar a cabo una profunda desinfección.