El derribo del baluarte de A Laxe abre la conexión con O Berbés

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

En la foto se puede ver la zona amurallada de la ciudad antes de abrirse la calle de Cánovas del Castillo.
En la foto se puede ver la zona amurallada de la ciudad antes de abrirse la calle de Cánovas del Castillo.

La creación de Cánovas del Castillo mejoró las comunicaciones con el puerto pesquero

30 jun 2015 . Actualizado a las 04:00 h.

La Gaceta de Madrid publicaba el 26 de junio de 1895 una resolución de la reina regente, en nombre del rey Alfonso XIII, aún menor de edad, por la que se autorizaba al Gobierno a ceder al municipio de Vigo la propiedad del Estado denominada batería de A Laxe. «Mandamos a todos los tribunales, justicias, jefes, gobernadores y demás autoridades, así civiles como militares y eclesiásticas, de cualquier clase y dignidad, que guarden y hagan guardar, cumplir y ejecutar la presente ley en todas sus partes», se puede leer en el órgano oficial del Estado.

La batería de A Laxe era el último elemento defensivo, armado con cañones, que quedaba de las viejas murallas levantadas en torno a Vigo en el siglo XVII. El golpe definitivo a este arcaico elemento comenzó a darlo el diputado José Elduayen, que llegó a ostentar cuatro ministerios distintos. Su insistencia fue abriendo hueco, al tiempo que los adelantos militares reducían la necesidad de mantener aquel viejo baluarte.

En septiembre de 1887, el Ministerio de la Guerra quería que el Ayuntamiento de Vigo contribuyese a la adquisición de terrenos para construir un nuevo cuartel en la ciudad. La corporación acordó entonces pagar el 25 por ciento del importe de aquella operación a cambio de adquirir el terreno de A Laxe.

Al mismo tiempo que comenzaba toda la operación burocrática para aplicar la orden de entrega del terreno y traslado del material militar existente en el lugar, el ingeniero de la Junta del Puerto, Fernando García Arenal, presentaba el proyecto de apertura de la franja litoral entre A Laxe y O Berbés, para construir una carretera, que sería la actual Cánovas del Castillo, y los nuevos muelles del puerto pesquero.

El proyecto fue aprobado a través de una real orden fechada el 11 de diciembre de 1895. Seguidamente, las obras fueron adjudicadas a José Montesinos, que las comenzó en mayo de 1896. Las directrices de Garcia Arenal, para el vial, establecían un ancho de 26 metros, dividido en veinte metros destinados al tránsito rodado, y 6 metros, para los peatones con dos aceras a ambos lados de tres metros cada una.

Las obras fueron recibidas provisionalmente el 22 de noviembre de 1900. El adelantó para la comunicación del puerto pesquero con el exterior fue enorme, ya que a partir de la apertura de esta nueva calle el transporte de pescado dejaba de utilizar la antigua calle Real. A partir de ese momento, los empresarios y comerciantes vigueses ya empezaron a trabajar la idea de llevar el ferrocarril hasta los muelles que entonces se construían en O Berbés, algo que se conseguirá poco después con la vía que bajaba desde la estación, a través de un túnel, hacia las Avenidas, para luego continuar hacia O Berbés.

Al mismo tiempo, en abril de 1896, el Ministerio de Fomento sacaba a subasta las obras del muelle de ribera que cubriría los quinientos metros de distancia existentes entre A Laxe y O Berbés. El presupuesto rozaba el medio millón de pesetas. Concluidas las obras, el puerto de O Berbés fue cambiando de fisonomía, pudiendo incluso contar con una amplia lonja donde hoy en día se levanta el mercado, entre Cánovas del Castillo y Teófilo Llorente.

Salvo una pequeña zona de muralla que quedó en torno al Peñasco, Vigo había concluido un proceso de finiquito de todo el recinto amurallado que constreñía el crecimiento de la ciudad. Desde entonces, el intramuros fue dejando paso al ensanche urbano hacia el este, en torno a la Alameda y las calles Policarpo Sanz, Príncipe y Urzaiz.

La antigua ciudad amurallada fue alejándose paulatinamente, siendo incluso marginada hasta finales del siglo pasado que comenzó su reconquista por parte del Ayuntamiento.