«No me interesa subir por subir, sino por poder hacer más papeles»

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

La viguesa accede al puesto de primera bailarina en la prestigiosa compañía norteamericana

29 may 2015 . Actualizado a las 12:11 h.

En abril de 1996, cuando contaba tan solo diez años de edad, la prensa local se hacía eco del éxito de la joven viguesa Dores André al obtener el primer premio del concurso Ciudad de Torrelavega para jóvenes talentos. Diecinueve años después la bailarina salta a las portadas tras acceder al puesto de primera bailarina del San Francisco Ballet, uno de los más importantes del mundo. Recién terminada la temporada, la artista se encuentra disfrutando de unos días de vacaciones, que aprovecha para pasar por su casa familiar en Vigo.

-¿Cómo fue el proceso de su nombramiento?

-Se produjo el mes pasado y de una forma casual e inesperada para mí. El director, Helgi Tomasson, me lo comunicó tras un ensayo. Me dijo: ?para la próxima temporada vas a ser principal?, (que es como se dice en inglés primer bailarín o bailarina).

-¿No se accede mediante una prueba?

-No. Lo que ocurre es que si llevas tiempo haciendo determinados papeles, queda un poco feo que no te suban a principal, pero es decisión del director. De todas formas esto es un arte y como tal es subjetivo. No siempre el que es mejor asciende.

-Llevando diez años ya tocaba, ¿no?

-Bueno, hay gente que lleva mucho más tiempo y no acceden. Depende de muchas cosas. A veces es suerte pura y dura.

-En todo caso, para usted será una gran alegría...

-Sí, pero no me interesa subir por subir. No es por el estatus en sí, sino porque alcanzar ese puesto significa poder hacer trabajos que quiero hacer, papeles más grandes y más complejos. Significa bailar más de lo que a mí me gusta.

-¿Cuando empieza?

-En cuanto arranque la temporada, en junio. Ahora estamos de vacaciones, tenemos casi un mes de descanso.

-Antes era solista. ¿Qué diferencia hay con principal?

-El solista es como el secundario de una película, es un puesto complicado porque tienes que aprenderte muchos papeles. Los primeros bailarines se pueden centrar más.

-¿Hay más bailarines gallegos?

-No. Tengo compañeros españoles como Diego Cruz, que es como un hermano porque llegamos aquí al mismo tiempo. De todos modos hay una gran diversidad de nacionalidades y maneras de pensar, lo cual viene muy bien. Para mí el San Francisco Ballet es perfecto. No hay muchos que puedan permitirse el lujo de hacer coreografías nuevas cada año. Tenemos un sólido soporte financiero privado y la suerte de tener un director y unos patrocinadores que coinciden en asumir riesgos. Me gustan los papeles dramáticos para poder desarrollar un personaje y también la danza contemporánea, más física. En esta compañía tienen las dos vertientes, algo difícil de encontrar.

-¿Si se planteara regresar a España, a qué compañía iría?

-Al Ballet Nacional, si logra recuperarse. Los bailarines españoles estamos por todo el mundo porque aquí la cosa está fatal.

Cuando tenía 13 años, Dores André se trasladó a Zaragoza para seguir durante un lustro sus estudios de baile con María de Ávila. «Su hija, la coreógrafa Lola de Ávila, fue directora de la escuela que tiene el Ballet de San Francisco, por eso había muchos españoles en la compañía, porque a través de ella conocíamos la compañía y su repertorio. Así es como acabé allí, aunque antes estuve en Italia y Londres, pero me quedé con la mayor opción que encontré», reconoce. 

?¿Ha estado alguna vez actuando en Galicia con el Ballet de San Francisco?

?No. Antes de entrar, una de las razones por las que quería estar con ellos es porque cuando tenía 13 o 14 años tuve la oportunidad de verles. Actuaron en Santander y en el Liceo de Barcelona. Nuestra compañía es muy grande y es muy caro traerla. Todos los años salimos al extranjero. El año pasado estuvimos en París, que fue lo más cerca que estuve de casa. El año que viene vamos a China. 

?¿Y a Vigo viene a menudo?

?Vengo siempre en vacaciones, las de ahora y las de invierno. Aunque nosotros trabajamos en Navidad y Año Nuevo, después nos dan seis días y también vengo, aunque es una paliza. 

?De todas formas ya estará más que asentada en San Francisco

?Sí. Es mi segunda casa y además es cierto que se parece mucho a Vigo: las cuestas, el clima, el puente (Rande por el Golden Gate), todo menos la niebla permanente, pero no es Vigo y no es Galicia. Crecer en una cultura diferente arraiga. Mis raíces están aquí. Mi padre es de Vigo y mi madre de Pontevedra.