Sostiene que la única forma de ser independientes es serlo en lo económico
24 may 2015 . Actualizado a las 04:00 h.La votación del día 28 en el Club Financiero Vigo para elegir presidente será un mero trámite. Desde el 13 de mayo, fecha en que se cerró el plazo de presentación de candidaturas, ya se conoce el nombre del nuevo inquilino del despacho: Juan Güell. No es un puesto nuevo para él, dado que ya lo ocupó entre los años 2004 y 2007. «Recuerdo con mucho cariño el día que me fui», ironiza.
-Pero repite. Han tenido que ser muy convincentes en la petición.
-Si dijera que me lo han pedido me quedaría corto. Me lo han impuesto. El club tiene ante sí un reto muy bonito, pero unas amenazas enormes. Ha llegado a estar en peligro de desaparecer. Ahora estamos lejos de ese escenario en gran medida gracias a Javier Garrido [actual presidente]. El trabajo en estos años ha sido muy duro y la junta de Javier le puso freno a una situación que en lo económico era un problema. Se perdieron muchos socios con motivo de la crisis y las cuentas estaban muy delicadas.
-¿Es la crisis la única culpable del agujero?
-Lo cierto es que tenemos una debilidad económica de partida, que no se manifestó en los tiempos de bonanza pero sí al reducirse el número de socios. Llegamos a ser casi 700 y hoy somos 460. El Club se creó con dos instituciones, una sociedad anónima que es la dueña del inmueble y una asociación donde está todo lo demás. La primera se dotó con 6 millones de euros y la segunda, que es la que presta los servicios y paga las nóminas y los alquileres, solo con 300 euros. Eso nos ha llevado a un déficit patrimonial de 600.000 euros, mientras que la SA tiene un patrimonio de 3,5 millones. La salida que se propone es fusionar las dos entidades.
-¿No hay otra fórmula?
-Se podría pedir un crédito, pero eso no sería más que una patada hacia adelante. Es una opción descartada. También se podría plantear una derrama, pero si se hace obligatoria se perderían socios, y no queremos perder a nadie, ya no solo por el dinero, sino porque supondría también perder representatividad. Lo mejor es una ampliación de capital, en la que participe el que quiera pero sin obligar a nadie.
-¿Hay un plan B?
-Está claro que si no es por esta vía lo haremos por otra. Lo que no vamos es a plantear una guerra. Lo bueno es que tenemos un plan que nos gusta y que creemos que resuelve los problemas. No queremos tener deudas porque para ser una entidad independiente tenemos que serlo en lo económico. Es la base de todo. Lo que sí es un firme propósito es que el socio perciba que ser miembro de esta casa le genera valor.
-¿Por qué no termina el trabajo Javier Garrido?
-Ha sido muy generoso. Le quedaba un año de mandato y, consciente de que en ese tiempo el plan podía quedar a medias, decidió ceder el testigo.
Juan Ramón Güell único candidato a la presidencia del círculo de empresarios
Juan R. Güell Cancela (Vigo, 1960)
Economista
Es socio-director de la consultora GBDosvalor, creador del espacio Coworking y cofundador e inversor de la red de inversores privados Redinvest. Es también consejero independiente en varias empresas
«No quiero que lo urgente reste tiempo a lo importante». Para Juan Güell lo último pasa por «intentar que el Club Financiero encuentre su sitio. Lo tuvo muy claro en su momento».
-¿Cuál es ese sitio?
-El de opinar construyendo. Ser enormemente participativo, que todo el que tenga algo que decir vea su opinión reflejada. Habrá que abrir la institución lo máximo posible, revitalizar el consejo asesor, que haya muchos canales, porque cuando trasladas a las instituciones una opinión sólida y argumentada, tiene otro valor. Eso nos llevará tiempo.
-¿Y lo urgente?
-Equilibrar las cuentas. Cierto que el año pasado ya solo perdimos 16.000 euros [en el 2013 los números rojos superaron los 100.000], pero tenemos que entrar en beneficios desde ya, y dando más calidad de servicios. A base de recortar gastos lo hace cualquiera. Pero también tenemos que ser capaces de aprobar una asignatura pendiente, rejuvenecer la entidad. Me gustaría que dentro de tres años tomara el relevo la siguiente generación. Esto no puede ser presidencialista, tiene que jugar un papel de verdad todo el mundo. Nuestra candidatura está formada por gente de mucho peso empresarial y lo está a propósito, porque el mensaje que se quiere dar es que este club va a salir adelante por encima de todo. Es una candidatura de compromiso.
-¿También de compromiso político?
-Los empresarios tenemos que tener una buena relación con todas las administraciones. Siempre que un gobernante de cualquiera de ellas quiera venir al club a trasladarnos algo, lo vamos a recibir con los brazos abiertos. Es parte de nuestra obligación y es un valor que vamos a dar a los socios. Por eso tenemos que ser independientes. Ser libres para opinar de todo. Si dependiéramos de subvenciones no podríamos cuestionar determinadas actuaciones del subvencionador. Estaríamos perdidos.