«La alameda es un símbolo de resistencia ante la especulación»

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Yashmina Shawki es de ascendencia kurda y nació en el Casco Vello, muy cerca del Berbés

27 abr 2015 . Actualizado a las 12:18 h.

Su nombre y apellido suenan orientales, pero nació en el Casco Vello. Eligió la alameda como rincón favorito por ser ese lugar verde en el centro de la ciudad, pero también por algo que muy poca gente conoce. «Es un símbolo de la resistencia de los vigueses porque, en el siglo XIX, cuando se decidió el plan del ensanche, los especuladores quisieron construir más edificios, rompiendo el plan inicial que contemplaba crear una zona de recreo para los ciudadanos. Fue la presión de los vigueses la causa de que la recuperación del plan inicial», relata Yashmina Shawki, viguesa de ascendencia familiar, por vía paterna, en la parte iraquí del Kurdistán.

«Mi madre y mi padre se conocieron en Londres, adonde habían ido a estudiar. Fue una historia muy romántica porque mi padre vino a Vigo a buscarla para pedirla en matrimonio, como se hacía antiguamente, y estuvimos yendo y viniendo hasta que nos afincamos aquí definitivamente cuando la situación política de Irak se complicó», recuerda. Y en aquella situación, Yashmina creció entre el Kurdistán, donde residía la familia de su padre, y Vigo. «Allí pasábamos el invierno y aquí, un verano largo», explica para describir cómo fue su ajetreada infancia.

Más tarde, cuando ya se estableció definitivamente la familia en Vigo, Yashmina Shawki decidió estudiar Derecho «porque tenía más salidas laborales» aunque, en segundo curso, consiguió que sus padres le permitieran también estudiar Historia, una decisión que actualmente fomenta con el análisis en libros y periódicos de la difícil de entender realidad del Oriente Medio.

Aquel regreso a tiempo completo a Vigo no fue fácil para Yashmina. «Con diecisiete años, incluso me costaba hablar con la gente de mi edad porque había perdido esas expresiones que empleaban los jóvenes durante los ochenta», recuerda. «Me impacto fuertemente el grave problema de las drogas y los dramas que ocasionó en muchas personas», añade.

«Vigo siempre ha sido una ciudad muy viva, muy vital, pero actualmente está muy desvertebrada», explica esta viguesa de mundo. «La están arreglando bien, pero está muy desunida; hay asociaciones muy pequeñas intentando hacer cosas pero de forma muy descoordinada y eso es debido a que la situación política de la ciudad no permite hacer actividades conjuntas que ayudasen a despegar; el problema que tiene Vigo es la política», resumen para mostrar su visión del estado actual de la ciudad. «Y a pesar de ellos y de todos los condicionantes esta ciudad es tan dinámica que está sobreviviendo», añade.

Y entre esos problemas irresolutos por falta de voluntad y cariño hacia la ciudad, Shawki enumera el transporte interior y exterior, la ciudad de la justicia, «lo que ha costado poner en marcha el hospital» y la paralización de las infraestructuras culturales, especialmente las que pertenecieron a las cajas. «No sé si estas cuestiones están paralizadas por falta de voluntad o por cortedad pero cuando aparecen los intereses de la ciudad, los políticos deberían sacrificar sus intereses partidistas por el bien común», concluye.

Prepara una tesis sobre el Kurdistán

Yashmina es licenciada en Derecho y en Historia Contemporánea. Esta última faceta está en plena culminación con la realización de una tesis doctoral sobre Kurdistán», explica, recordando que mantiene una parte de su familia en el norte de Irak. «Es una necesidad estar pendiente de todo lo que está ocurriendo allí», añade. Estudio y conocimiento directo provocaron que Yashmina se haya convertido en una experta en esta zona tan importante y tan conflictiva del mundo. Shawki ha publicado varios libros y escribe artículos en La Voz de Galicia.