Veinte viguesas van a juicio cada mes para exigir la conciliación laboral y familiar

E.V.PITa VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M. MORALEJO

Los pleitos contra empresas grandes, las únicas que pueden permitirse cambiar o reducir horarios, se disparan

25 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los juzgados de lo social de Vigo han detectado un aumento inusual de casos de demandas de trabajadoras que piden la conciliación de su trabajo con la vida familiar porque su jornada es incompatible. En una de las salas entran 4 cada mes, lo que supone una veintena en el conjunto de los cinco juzgados laborales de la ciudad. Cada vez más madres trabajadoras luchan en los tribunales para poder salir media hora antes del trabajo e ir a buscar a los niños a la salida del colegio o la guardería o tener permiso para llevar al niño al médico. El no poder conjugar su vida laboral y familiar les obligaría a contratar canguros para sus hijos pequeños o más horas de guardería, lo que mermaría su salario. Y, por ejemplo, el marido está ocupado y no puede sustituirla.

La razón de este aumento es una reciente reforma legal. «La ley se ha vuelto más estricta y más sensible con estos casos», comentan fuentes judiciales. Los conflictos se dirimen generalmente entre empleadas y grandes empresas que pueden permitirse hacer cambios de horarios. Los jueces tienen en cuenta si el cambio de horario supone un perjuicio organizativo o económico para la entidad. «La empresa debe acreditar que no tiene capacidad para conceder el cambio por mucho que quiera», señalan en un juzgado. Esto exime del cumplimiento a las pequeñas empresas: «Una pyme con dos empleadas no se podría permitir esto, ese cambio le haría polvo la organización de la jornada de trabajo, por eso las demandas van dirigidas para las firmas que sí tienen posibilidad».

En ocasiones, las empresas se niegan a conceder ese cambio horario sin dar una razón lógica. «Hay negativas sin sentido pero la sentencia acaba por obligarles para conceder a la empleada un cambio de horario que cubra sus necesidades familiares, para que pueda salir media hora antes, cambiar el turno o reducciones de jornada», dicen las mismas fuentes. No obstante, el juez también atiende a las necesidades productivas de la empresa para intentar que exista un equilibrio entre los intereses del empresario y el empleado.

«Esto va a seguir así hasta que las empresas no comprendan que sus trabajadoras necesitan conciliar la vida profesional y laboral. Con el tiempo, las empresas lo tomarán como algo normal y las concederán sin conflictos», señalan fuentes jurídicas.

Los pleitos de conciliaciones van encuadrados dentro de los juicios de reconocimiento de derechos laborales. En los cuatro primeros meses del año, los juzgados sociales de Vigo han registrado 83 pleitos nuevos de este tipo mientras que hace un año solo tenían tramitadas 65 demandas. Supone un aumento del 27 %. No son todos los asuntos de conciliación de la vida personal porque este apartado también recoge las demandas para pedir movilidad en el puesto de trabajo, por ejemplo.