Fallos constructivos de la piscina de Chapela acaban en el juzgado

alejandro martínez REDONDELA / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Los usuarios se han quejado de numerosos desperfectos en el edicio de nueva creación.
Los usuarios se han quejado de numerosos desperfectos en el edicio de nueva creación. fran carrera< / span>

Las empresas demandan al Concello, a Aqualia y a la directora de obra

01 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Un juez decidirá quién tiene que pagar uno de los mayores errores de bulto que se cometieron en la puesta en funcionamiento de la piscina de Chapela. La unión temporal de empresas que ejecutó las obras ha llevado al Concello, a la empresa Aqualia y a la directora del proyecto a los juzgados para evitar tener que hacerse cargo de una factura de más de 50.000 euros.

El caso que se sigue en el juzgado de lo contencioso número 2 de Vigo obedece a que los instaladores no tuvieron en cuenta que la deshumectadora del edificio era incompatible con el sistema de depuración salina del agua de la piscina. Hubiera bastado con leer las indicaciones del fabricante para darse cuenta de que ambos sistemas no podían utilizarse simultáneamente.

Operarios de la empresa Aqualia depositaron 2.500 kilos de sal en el vaso de la piscina por indicaciones de la empresa que instaló la depuradora. La máquina deshumectante no duró ni un día. La sal provocó la corrosión inmediata del sistema de climatización.

La UTE Chapela se negó a cambiar la máquina como le obligaba el Concello al encontrase la obra en garantía, según puso de manifiesto un técnico municipal durante una comparecencia de testigos celebrada recientemente en el juzgado. Al final fue la administración local la que tuvo que hacerse cargo de la obra porque la piscina tenía que seguir funcionando. Encargó una nueva máquina deshumectadora compatible con el sistema de depuración salina, que ya lleva más de un año funcionando sin problemas.

Ahora litigan en el juzgado para ver quién tiene que hacerse cargo de los más de 50.000 euros que costó la nueva instalación. Los constructores no se hacen responsables de lo que entienden puede ser una falta de mantenimiento o de mal uso.

La directora de obra señaló en la comparecencia de testigos celebrada recientemente que el sistema de cloración salina fue una mejora que presentó la unión temporal de empresas al Ayuntamiento de cara a hacerse con el contrato, no prevista en el proyecto inicial, declinando cualquier responsabilidad. Queda pendiente que las partes presenten sus conclusiones antes de que el juez emita un fallo.

Problemas

Este caso es una muestra de los numerosos problemas técnicos y constructivos que están apareciendo en el Centro de Deportes Acuáticos de Chapela desde su apertura, y que han generado numerosas críticas ciudadanas y la apertura de una comisión de investigación sobre este proyecto y su ejecución.

El alcalde, Javier Bas, afirmó hace unos días que «estamos ejecutando los avales por las deficiencias que fueron apareciendo ya que las dos empresas constructoras se encuentran en concurso de acreedores». El primero en sufrir las consecuencias de la chapuza fue el Club de Remo, con interrupciones en el suministro del agua caliente. Los usuarios acusaron también problemas con los desagües de las duchas, las taquillas y puertas. Después se produjo la avería del aparato deshumidificador y los humos contaminantes de la caldera de apoyo a la energía geotérmica. Además han aparecido goteras, aunque las filtraciones también surgieron en otros edificios municipales, como el multiusos, donde han sido objeto de reparación.