Llueve sobre mojado en la capital

La Voz

VIGO CIUDAD

La fusión de las cámaras se percibe como la progresiva desaparición de estas corporaciones.
La fusión de las cámaras se percibe como la progresiva desaparición de estas corporaciones. capotillo< / span>

La fusión de las cámaras de comercio de Vigo, Pontevedra y Vilagarcía recuerda procesos similares que acabaron en absorciones como pasó con las cajas de ahorros

29 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La fusión de las cámaras de comercio de Pontevedra, Vigo y Vilagarcía firmada esta semana, bajo tutela de la Xunta de Galicia, certifica la agonía del modelo de representación empresarial que pretendían encarnar. Pero también nos predispone a otro recorte de la capitalidad provincial.

Las entidades camerales agonizan -como escribí hace una semana- desde el desplome económico que conllevó la abolición de la cuota empresarial obligatoria. Aquello dinamitó sus presupuestos convirtiendo a la mayoría en insostenibles ya que se asfixian por la merma de ingresos frente al mantenimiento de plantillas numerosas, caras y veteranas. Además de los episodios de irregularidades en la gestión que han menudeado dando lugar a diligencias judiciales, especialmente en Pontevedra, que han sumado dosis de descrédito para quemar más la imagen de esa institución.

La conversión de las tres cámaras citadas en una única se percibe como la progresiva desaparición de estas corporaciones, al menos en su formato actual. Particularmente tanto en Pontevedra como en Vilagarcía, ya que Vigo acogerá la principal sede operativa del nuevo ente resultante. Y ¡claro! Llueve sobre mojado.

La historia gallega reciente nos enseña a los pontevedreses que todos los acuerdos que se han suscrito en términos de fusión con Vigo han terminado casi siempre en absorción y si no, en duplicidades inexplicables.

El precedente más asimilable fue el de las cajas de ahorro. Cuando se firmó la pretendida fusión de Caixapontevedra, Caixaourense y Caixavigo se perseguía una entidad que aprovechase las sinergias que conllevaba la conjunción de los mejores modelos de gestión y los profesionales más cualificados. Fraga y Cuíña cocinaron políticamente aquel enjuague.

La realidad que después se impuso desmintió los supuestos buenos propósitos. Nada tuvo que ver con ese pretendido equilibrio entre partes. La caja de Vigo, con Gayoso y su cohorte de «tiburones» se «paparon» a Carrera Pásaro y su staff y luego desmocharon al equipo de Carlos Velasco, para imponer su modelo de gestión que informáticamente era el peor de los tres y en materia de cuadros, desaprovechó a mucha gente útil y profesional.

Caixanova que era el resultante de una absorción disfrazada de fusión, duró poco porque, de nuevo, hubo un interés político de la Xunta, ya con Feijoo al frente, para unirla con Caixagalicia con el decepcionante y carísimo coste que ha tenido para los contribuyentes.

Otra herida similar que supura aún en Pontevedra fue la decisión -también de Feijoo- de guillotinar la delegación de la CRTVG en la ciudad. Supuestos criterios de ahorro de gasto inspiraron el cierre de varias delegaciones de la radio televisión autonómica en ciudades como Ferrol, Bruselas, Oporto y Pontevedra. Nunca se ha terminado de explicar por qué razón fue Pontevedra la única de las capitales de provincia privadas de delegación de TVG y RG con el agravio comparativo de centralizar la corresponsalía en Vigo, lo que ha dejado la cobertura de la capital de la provincia bajo mínimos.

Y con un patrón de actuación muy similar, la ciudad del Lérez resultó la única de las capitales de provincia «penalizada» con el fraccionamiento de los servicios periféricos de la Xunta, que se inventó una delegación territorial en Vigo para calmar las ansiedades olívicas aprovechando que en Pontevedra languideció la capacidad defensiva de su capitalidad que hubo antaño.

Ahora que cualquier capacidad de respuesta social brilla por su ausencia en una ciudad que está narcotizada, incapaz de movilizarse, la pérdida de la Cámara de Comercio -que de eso se trata a la larga, nos lo vendan como nos lo vendan- ocurrirá sin mayores aspavientos. También es cierto que ni el 5J de 1998 logró evitar la segregación de la Audiencia Provincial que supuso el punto de ruptura del statu quo de Pontevedra.

David Cal se merecía otro final

Soy de los que esperaba que David Cal aún pudiera reconsiderar su decisión y volviera a retomar su preparación para concurrir a los Juegos Olímpicos de Brasil en 2016. Seguramente me aferré a la posibilidad de que Saborido y otras personas de su entorno lograrían hacerle reconvenir por que me entristecía que el final de la carrera deportiva de nuestro deportista más laureado en Olimpiadas fuese una rueda de prensa convocada casi por obligación para apagar el incendio que causó la filtración que le achacan a Alejandro Blanco, el ourensano que preside el COE.

Pero lamentablemente para mí como para miles de seguidores, era cierto que la pila de David ha dicho ¡basta!

El palista de Aldán ya no tiene la motivación necesaria para pasar días, semanas, meses entrenando en un régimen de vida casi monacal que el implacable Suso Morlán le exigiría como hizo en otros anteriores períodos preolímpicos. Y mucho menos está David para llevar ese encierro a miles de kilómetros de su casa y su tierra, confinado en Brasil donde no se ha aclimatado como quizás pensó que podría hacer cuando decidió seguir a Morlán hace dos años.

Me apenó ver a David llorando para disculparse por esta imprevista retirada.

Hubiera preferido que cumpliese su sueño de competir en cuatro Olimpiadas. Y aunque no tuviera oportunidad de colgarse una sexta medalla, me parecía que remar en el canal olímpico de Río 2016 era un final más digno a su historial excepcional.