El Museo do Mar expone estos días parte de la colección de arte contemporáneo de la Fundación Aena.
Aena es una empresa pública cuyo fin es gestionar los aeropuertos españoles.
Aena tiene una fundación desde 1994, con un capital de 8 millones de euros, ocho trabajadores y 1.700 piezas de arte contemporáneo.
Es sabido que los aeropuertos gallegos languidecen por falta de impulso público, coordinación y, en general, apoyo. El Ministerio de Fomento, que acaba de privatizar el 49 % de Aena, suele alegar que no tienen competencias para promocionar los aeropuertos. Es su dueño, pero promocionarlos no le compete. Aena está en manos de Enaire, que está en manos de Fomento, que está en manos del PP.
Es sabido que en Vigo hay una institución que se llama Museo do Mar de Galicia. Su fin es divulgar «a actividade pesqueira en todos os seus ámbitos», según su web. El museo está en manos de la Xunta, que está en manos del PP.
Es sabido que en Vigo hay una institución que se llama Museo de Arte Contemporánea. Su finalidad es exponer arte contemporáneo sin tener una colección propia. El Marco está en manos del Concello, que está en manos del PSOE.
Por tanto, Aena no tiene competencias para impulsar los aeropuertos, pero sí puede promocionar el arte contemporáneo. El Museo do Mar no puede exponer barcos de pesca porque en Vigo esa función la cumplen las rotondas, pero sí muestra arte contemporáneo. Y el Marco quiere exponer arte contemporáneo, pero no tiene dinero: ayer mismo el PP rechazó en el Congreso darle más.
Así que, llegados a este punto, se hace imprescindible que el Marco reclame el barco Bernardo Alfageme. Y, cuando lo exponga en su vestíbulo, que cree una comisión para coordinar los aeropuertos. Para que todo esté en su sitio.
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