Las ciudades gallegas pasaron de 654.909 vehículos censados en el 2008 a 622.609 7 años después, pero las retenciones continúan entre obras y proyectos para eliminarlas
01 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Seis de las siete ciudades gallegas alcanzaron su récord de vehículos censados entre el 2007 y el 2008. Desde entonces -salvo en Lugo, donde lo haría más tarde- la cifra no ha hecho sino caer. De los 654.909 que había se pasó a 622.609 en el 2013 (último dato del IGE y la DGT). Es decir, 32.300 menos, en torno al cinco por ciento. Los turismos suponen las tres cuartas partes del total y han concentrado ese descenso (-32.996) desde el inicio de la crisis.
Pero menos coches no ha significado que los problemas del tráfico se hayan solucionado. Sobre todo en los accesos. Son precisamente, según los mapas de densidad de tráfico que manejan la Xunta y Fomento, los puntos más saturados de la red. Los tramos señalados en rojo en estos planos se encuentran, especialmente, en Vigo, Santiago y A Coruña, donde el embudo de la avenida de Alfonso Molina dobla en intensidad a las vías más congestionadas de la geografía gallega. Por ella pasan 131.000 coches al día. Más en detalle, la situación es la siguiente:
Vigo
Cien mil más que los censados. El número de vehículos que circulan a diario por Vigo se ha ido reduciendo desde el inicio de la crisis hasta rondar los 300.000 actuales. Pero suponen cien mil más que los censados (197.455), la mayoría procedentes del área metropolitana. Esta circunstancia ha tenido como consecuencia una mayor descongestión del tráfico en los últimos años y más desplazamientos a pie, teniendo en cuenta que los usuarios de buses y de taxis también descendieron. Pero a esa descongestión son ajenos determinados viales que absorben la circulación de otros en obras. Es el caso de Gran Vía o Urzaiz. En los últimos meses se advierte un repunte del tráfico y los atascos, coincidiendo muchas veces con las obras de humanización.
A Coruña
Una movilidad reducida. Optar por el coche en A Coruña puede ser arriesgado. Las obras que se llevan a cabo en la ciudad (tercera ronda en Lonzas y San Cristóbal, cierre del túnel de María Pita y Alférez Provisional, Federico Tapia...) no ayudan -lo harán en un futuro- a mejorar una situación de atasco crónico en horas punta. Moverse por el centro y las rondas puede ser extremadamente lento, y determinadas salidas de la urbe son una condena: desplazarse a Santa Cruz (Oleiros) a mediodía puede requerir, más en verano, tanto tiempo como llegar a Santiago por autopista, y hacia O Burgo (Culleredo) el drama no es menor, con miles de coches atrapados en una carretera que se estrecha. Por la ciudad se mueven a diario 149.000 vehículos, a los que hay que sumar los 210.000 que llegan desde el área metropolitana. En total, 359.000.
Ourense
Complicaciones a la hora de entrada a colegios. La circulación en general en la capital ourensana es fluida, salvo en las horas de entrada a los colegios, particularmente por las mañanas, según la información recopilada por la Policía Local a través de su sala de control. A partir de las siete u ocho de la tarde vuelve a producirse otra hora punta, que afecta sobre todo a las calles de entrada y salida de la ciudad, como Marcelo Macías o la avenida de Zamora, o las céntricas avenida de la Habana y Progreso. Se ha detectado un descenso del tráfico a fin de mes y también se ha notado una caída en la circulación durante la crisis.
Lugo
Planes sin ejecutar. En las últimas décadas el Concello de Lugo ha encargado dos planes de tráfico y movilidad. Del primero, de principios de los noventa, no se aplicó prácticamente nada. Del segundo, entregado durante el pasado mandato, menos aún. El casco histórico está peatonalizado en su mayor parte, pero la reciente muerte en atropello de un anciano en la plaza do Campo disparó las alarmas sobre el descontrol del tráfico rodado en el área peatonal, cuyo acceso está limitado mediante bolardos automáticos. En el resto, las avenidas de A Coruña y de As Fontiñas son dos de los puntos más conflictivos. La Ronda da Muralla, primer anillo de la ciudad, registra entre 19.000 y 20.000 vehículos diarios, según el Concello.
Santiago
La periferia. Santiago paga cada mañana y cada noche las consecuencias de una planificación urbanística que expulsó de la ciudad a miles de compostelanos que moran en diversas localidades del entorno -fundamentalmente en Teo y Ames-, donde la vivienda era y es más barata. El caos de tráfico se concentra en las primeras horas de la mañana, coincidiendo con el inicio de la jornada laboral, y por la noche, cuando concluye el día de trabajo. Al mediodía también se produce alguna retención en las principales vías de acceso, pero nada que ver con el colapso matinal. En el centro, la referencia bien puede ser la pequeña plaza de Galicia, por la que pasan a diario 25.000 vehículos.
Pontevedra
La ciudad amable. Pontevedra ha vivido una profunda transformación urbana en los últimos 15 años que la ha convertido en un referente internacional en cuanto a medidas de calmado de tráfico, conquista de espacios para los peatones y mejora de la seguridad vial. El Concello presume que de los 52.000 vehículos que accedían al centro en 1996 se ha pasado a 17.000 en la actualidad. Pero esto no evita que siga habiendo momentos de colapso y carencias estructurales. La circunvalación -en proyecto- pondrá fin a la anomalía de que Pontevedra sea la única capital de provincia que carece de una ronda. El primer tramo está en licitación.
Ferrol
Dificultades de acceso por múltiples obras. En una ciudad sin excesivos problemas de tráfico -aunque por las cinco principales calles pasan, en total 38.326 vehículos diarios-, la sempiterna falta de aparcamiento en el centro ha cedido el primer puesto del ránking de las quejas de los conductores. El principal problema son las dificultades de acceso a un núcleo flanqueado por obras en todos los frentes: las de las calles del Sol y Alegre y las del saneamiento que cortan la desembocadura de la AP-9 en el puerto y mantienen cerrado Irmandiños.
Con información de M.?J. Fuente, E. Eiroa, M. Rodríguez, E.?G. Souto, M. Mosteiro, S. Barral, R. Pita y Á.?M. Castiñeira.