Rande o no Rande

Diego Pérez Fernández
Diego Pérez CONTRAPUNTO

VIGO CIUDAD

28 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No está mal. Han sido necesarios ocho años y unas cuantas mentiras (campañas electorales, si se prefiere) para colocar la primera piedra de la ampliación del puente de Rande. Y tanto el retraso como el resultado final de la operación son un reflejo de la falta de iniciativa política que sufre el país, de los viajes de ida y vuelta a que nos tienen acostumbrados unos y otros.

Veamos si no. En el 2007, el entonces presidente socialista de la Xunta de Galicia presentó a bombo y platillo el proyecto para sumar un carril a cada lado y acabar con los periódicos colapsos en el paso elevado sobre la ría de Vigo. La promesa de Touriño fue rotunda: «En ningún caso ningunha actuación de incremento da capacidade da AP-9 vai ir unida nin a un incremento do prazo de concesión nin a un incremento da peaxe». Pero no. En el 2011, justo después de perder las generales, el ministro de Fomento en funciones José Blanco dio a conocer en el BOE la cruda realidad: como ya no había margen legal para prorrogarle el negocio a Audasa, las obras se costearían a cargo de una subida de peajes de entre el 1 y 1,5 % para los viajeros de la AP-9.

El PP puso el grito en el cielo. Solo inicialmente. Pronto le sobrevino una especie de amnesia deliberada. Primero, Feijoo olvidó que tenía otra apuesta. Lo que había prometido era la construcción de una autovía alternativa y completamente gratuita entre Vigo y Pontevedra. Después, fue Rajoy quien hizo honor a su fama y se dejó llevar por la inercia. Asumió la herencia del PSOE e incluso la encareció con obras añadidas.

Total, que son los usuarios quienes pagarán durante veinte años la ampliación de la autopista. Lo demás son cuentas de la lechera y colgarse medallas inmerecidas. Lo único importante era el tamaño y no hacía falta perder el tiempo con tantas dudas: puente grande, Rande o no Rande.

diego.perez@lavoz.es