Luis Pereira, el vigués que puja por el Sporting

Pablo Gómez Cundíns
pablo gómez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Dice aplicar ideas brillantes, diferentes y especiales en su amplio espectro de negocio

28 feb 2015 . Actualizado a las 17:51 h.

El empresario gallego Luis Pereira (Vigo, 1958) negocia la compra del Sporting de Gijón, una entidad acuciada por las deudas y al borde del pozo debido a una nefasta gestión económica.

Pereira, afincado en Suiza, fue centrocampista (y defensa) del Celta entre los años 1977 y 1980 en los que jugó quince partidos en Primera y nueve en Segunda. Antes, había debutado con 16 años de edad en la máxima categoría suiza con el Chênois, en un alarde de precocidad que estableció un récord en la época. Tras su etapa celeste, jugó en el Jaén, Sevilla y Recreativo de Huelva hasta 1983.

El primo del también excéltico (desde 1967 a 1980) José Luis Villar Barreiro llegó a disputar con España la Eurocopa sub 21. Tras colgar las botas, entrenó durante un lustro. «Pero algo no iba en mi alma. Cuando el proyecto depende de otra persona que no tiene ni idea... No quería confiar mi destino a eso. La figura del mánager no me atraía. Me di cuenta de que yo era especial y que tenía ideas especiales que no podían ser compartidas. Simplemente, había que llevarlas a la práctica», explica Luis Pereira analizando su propia evolución.

El Comercio

Todo comenzó cuando Luis Pereira Castro y Mercedes Barreiro Fernández abandonaron Bouzas en 1966 y emigraron a Suiza. Luis Pereira padre cambió su oficio de pescador por el sector metalúrgico en el país centroeuropeo. Pereira hijo se reunió con su familia en 1967. Y tras su estreno en la élite del futbol suizo, se decidió por el Celta. «Era socio desde niño y descarté irme al Real Madrid o al Barcelona. Fútbol es vida. Da experiencia y perspectiva, pero hay que capitalizarlo. Te hace competitivo cuando tras cada entrenamiento sacas conclusiones», advierte.

Dice haber aplicado esas enseñanzas a sus proyectos particulares, que incluyen negocios inmobiliarios, financieros, importación de alimentos, obras de arte, representación de futbolistas y jurisprudencia relacionada. «Los negocios se hacen con las tripas. Puedes tener una idea brillante, pero es importante crear. No me atrae el dinero, sino realizar cosas. Como ser el primero en importar productos españoles o carne de avestruz a Suiza», argumenta.

Asegura que le han ofrecido a varios clubes españoles. Ha escuchado al Sporting. «Porque no me disgustan los valores que representa. Pero el producto fútbol es lo que a la gente le gusta. Hay que darle a la gente lo que le gusta», justifica.

Galicia, de momento, se queda al margen. «Tengo vínculo con Vigo, y mi morriña es atenuada porque ahora España está mucho más cerca que cuando yo me fui a Suiza, lo cierto es que ahora no me identifico con todo lo que hace la directiva del Celta. Aunque me llevó al fútbol, la manera de tratar de la gente que lo dirige no me gusta, no cuadra con los gallegos ni con los vigueses. Estoy distante», explica.

Convertir un euro en cinco

«No me veo regresando al Celta. Si vengo, es para hacer algo especial. Hay dos cosas que dan valor añadido al fútbol. Uno tiene que levantarse y ver antes que los demás. Y un euro se puede convertir en cinco. Arsene Wenger es un ejemplo de que se pueden compensar la falta de recursos», añade.

Luis Pereira ya tomó contacto con el fútbol español al hilo del fichaje por el Mallorca de tres representados por sus empresas Viasport e Impera: Ratinho, Joao Víctor y Alejandro Alfaro. Las discrepancias con los administradores concursales y los propios futbolistas acerca de la propiedad de los derechos y las comisiones de la operación generaron sombras.

Más adelante, ofreció varias de sus obras de arte para que sirviesen como aval al Sporting ante Hacienda, algo que rechazó el Tribunal Económico-Administrativo Central. «El fútbol es de dudosa rentabilidad, pero el 90% de los ingresos son previsibles. El problema son los directivos. Hacen cálculos que no se entienden, presupuestos basados en quimeras. Un jugador vale cuando se vende, no antes. Los clubes españoles se financian sobre Hacienda y eso no se ve en ningún otro sitio. Hay que cumplir y pagar. Y mucho más al fisco. El modelo alemán es el ideal», zanja.