María Fiuza, de 92 años, enviudó pronto y demostró durante toda su vida «un gran espíritu de lucha»
23 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.«Un gran espíritu de lucha y un denodado esfuerzo y constancia por sacar a sus hijos adelante». Así definen las personas que la conocían bien a María Fiuza González, madre del obispo de Tui-Vigo monseñor Luis Quinteiro, que en la madrugada de ayer falleció a los 92 años.
Nació en la parroquia de Oirós, en el municipio pontevedrés de Vila de Cruces, en el seno de una familia numerosa. Tras contraer matrimonio joven con Pedro Quinteiro, vecino de Sabrexo, en el mismo municipio, tuvo tres hijos: el obispo Luis, el trabajador de banca José y Magdalena, que cuidó de ella.
María Fiuza enviudó pronto y tuvo que demostrar su tesón al dedicarse a administrar y llevar el control de sus propiedades agrícolas para sacar a sus hijos adelante. Gozó siempre de buena salud hasta hace poco, pese a su avanzada edad. Residía en Sabrexo con su hija y pasaba alguna temporada con su hijo José en Vedra, hasta que en las últimas semanas notaron un empeoramiento de su salud y fue trasladada a Vigo para hacerle pruebas hospitalarias y estar cerca de su hijo Luis. Finalmente falleció en esta ciduad. De ella dicen sus allegados que «estaba siempre llena de esperanza» y era dueña de «un galleguísimo buen humor realista».
La capilla ardiente se ha instalado en el tanatorio de Vila de Cruces, de donde partirá el cortejo fúnebre hoy a las 18.00 horas. A continuación se oficiará la misa dominical por su eterno descanso en la parroquia de Santa María de Sabrexo, a la que seguirá el entierro.
En la diócesis de Tui-Vigo se han organizado dos funerales en su memoria. El primero de ellos tendrá lugar el 1 de mayo a las 17 horas en la concatedral o colegiata Santa María de Vigo, en el Casco Vello. Para el día siguiente está previsto oficiar la segunda ceremonia en la catedral de Tui.