Solo dos operarios contra más de doscientos avisperos en Tomiño

carlos ponce TOMIÑO / LA VOZ

TOMIÑO

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La falta de material y personal está lastrando la batalla contra la velutina

01 ene 2017 . Actualizado a las 20:58 h.

Tomiño no da abasto en su lucha contra los más de 200 nidos de avispa asiática que se han identificado en los últimos meses en tanto en el casco urbano como en las parroquias del municipio de O Baixo Miño. Dos operarios baten de lado a lado el pueblo a medida que les van avisando desde el 112 para inyectar veneno a los avisperos y matar a todas las avispas velutinas que se acercan al nido.

Solo entre los meses de junio y agosto, el Concello tomiñés retiró con sus propios medios un total de 62 nidos en las distintas parroquias. En el mes septiembre los vecinos continuaron denunciando la existencia de nuevos avisperos, y la llegada del otoño propició la aparición de tantos nidos nuevos que los operarios se han visto completamente desbordados. A pesar de la ayuda que los voluntarios de Protección Civil prestan en determinados casos, la falta de personal y medios está dificultando las operaciones.

Tomiño es uno de los municipios gallegos que se encuentran entre los más afectados por este insecto invasor, que amenaza las colmenas y pone en peligro el futuro de la producción apícola, además de lastrar el gran papel polinizador que tienen las abejas.

Falta de material

Desde la Consellería de Medio Rural recuerdan que, como concello colaborador, Tomiño tiene derecho a recibir de la Xunta el material necesario para luchar contra estos insectos, pero que tiene que ser el propio Concello el que se encargue de su eliminación. Sin embargo, el aluvión de casos que se están dando por todas las Rías Baixas ha dejado al organismo autonómico sin apenas instrumentos específicos de lucha contra la avispa velutina. En enero Medio Rural volverá a estar en disposición de entregar nuevo material, como pértigas para recoger los avisperos y trajes especiales para los operarios. Desde el Concello tomiñés se sienten desbordados en este sentido. «Sentímonos un pouco abandonados. Estamos invertindo moitos cartos en material. Van xa cerca de 4.000 euros. Precisamos axuda», reclama la alcaldesa, Sandra González.

La situación de alarma social, en palabras de los representantes municipales, se ha acentuado en los últimos días, con el descubrimiento de nuevos nidos.

 Ubicación

La mayoría de los avisperos se encuentran en fincas particulares. Son los vecinos los encargados de avisar bien al 112, bien al Concello que, a su vez, avisan a los correspondientes operarios.

Están manejando dos métodos para acabar con los nidos. El primero y también el más habitual, consiste en inyectarle veneno al avispero a través de una lanza. La sustancia tóxica mata a los insectos que se encuentran en ese momento rondando el nido y a todos aquellos que se acercan a él. Al cabo de unos días, el avispero se desintegra. El proceso de desintegración se acentúa si hay mal tiempo, descomponiéndose en apenas horas con la lluvia y el frío.

El segundo método es la retirada del avispero. Los operarios lo llevan a cabo cuando no hay demasiados insectos y no supone un peligro para ellos. Tras la retirada, proceden a quemarlo inmediatamente. «Cada semana retiramos cerca de 70 avisperos. Cada día nos llegan nuevos avisos y apenas damos abasto. Estamos todo el día de aquí para allá», reconoce uno de los trabajadores.

A pesar de que están completamente equipados con todo lo necesario, uno de los operarios que estaba trabajando hace unas semanas en la eliminación de los avisperos, sufrió una picadura. El personal del Concello, ante la falta de información sobre esta situación, ha acudido a cursos de formación específicos impartidos por la Diputación y por la Xunta para afrontar una situación que se ha vuelto insostenible.