La plaga supera las peores expectativas en la «raia»

m.t. tui / la voz

TOMIÑO

01 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Portugal toma de nuevo la delantera. Lo hizo los dos últimos años, cuando advirtió que enemigos públicos como el picudo rojo o la avispa asiática ya estaban colonizando el Miño. La Xunta reniega aún del término plaga cuando en el distrito norte luso se declaró hace más de un año. «Las islas del Miño tienen que estar colonizadas por la avispa, porque además es un hábitat ideal para su expansión», advertían el verano pasado. El calor ha despertado de nuevo a la depredadora de abejas. En la ribera gallega se habla de nidos en zonas puntuales pero no se destaca la insólita actividad de estos insectos, mucho mayor que la del año pasado.

Vila Nova de Cerveira, insiste. «Se sabe que es una especie que se adaptó tremendamente bien a nuestro clima y geografía y que su multiplicación y propagación ha sido excepcional, superando si cabe las peores de las previsiones». El alcalde de Cerveira, Joâo Fernando Brito, a metros de distancia de la de Tomiño, ha advertido de nuevo de la situación en estos términos. En los últimos tres meses han destruido 21 nidos de esta avispa que también se come a otros insectos y a la avispa clavo autóctona. «Aún no se conoce el verdadero impacto que la invasión por esta especie pueda representar en la apicultura, en la fruticultura o en la viticultura», dice.

Vila Nova de Cerveira ha solicitado la colaboración de todos los vecinos ya que es hasta octubre cuando se espera la mayor actividad y hay más posibilidad de avistamientos. Erradicarlos es una prioridad para evitar el avance sin tregua que protagonizan desde el 2013. Ya no se busca solo en las copas de los árboles, zonas habituales de localización. El año pasado sorprendía encontrar un nido en la tierra en Gondomar o bajo cubiertas en O Rosal. Nuevo aviso desde Portugal. «Están en puntos tan distintos como ramas de árboles, tejados o paredes de cemento». Los vecinos del municipio disponen de un teléfono para advertir de nuevas localizaciones y el Concello vuelve a ofrecer talleres para aprender a elaborar trampas caseras. O Baixo Miño es una zona especialmente atractiva por el río y el ambiente húmeda por el que se introdujo hace ya años.