Dieciséis variedades de espumoso con uva autóctona compiten en Salvaterra
SALVATERRA DE MIÑO
Diez mil degustadores disfrutan la fiesta que hace del municipio la capital del champán gallego
04 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El champán gallego tiene cada vez más adeptos. Ya sea por rechazo del cava catalán o, sobre todo, por la alta calidad de los espumosos elaborados con uva albariña, este tipo de bebidas está en auge. Prueba de ello es que Salvaterra de Miño celebra este fin de semana la tercera edición de la Festa do Viño Espumoso, a las puertas de Navidad. La cita está orientada a la promoción y divulgación de un producto novedoso y que tiene una fuerte presencia en la comarca. Los expositores abren a las once de la mañana.
Salvaterra es la capital del vino de O Condado y a este producto tan importante para su economía local se unió en los últimos años el espumoso, que busca su propia posición y cuota de mercado. El Concello anima a todos aquellos que quieran disfrutar de esta bebida para que se acerquen al recinto amurallado. La fiesta ofrece una diversidad de actuaciones y cursos para aquellos que quieran profundizar en este mundo tan especializado de la enología. El maestro champanero Luis Paadin será el conductor del curso sobre este tipo de caldos que se impartirá partir de las 18.00 horas.
En la fiesta están presentes veinte bodegas, la mitad de las cuales son del municipio. Hay catas guiadas, maridajes y actuaciones musicales.
El alcalde, Arturo Grandal, espera que Salvaterra reciba durante el fin de semana unas diez mil personas de los dos lados del río Miño. El regidor local subraya que el sector genera riqueza y puestos de trabajo. Grandal explica que es necesario divulgar que este tipo de vinos que «no solo sirven para brindar, sino también para maridar con cualquier comida».
Pioneros
Los champanes autóctonos han crecido como la espuma en los últimos cinco años. Los pioneros fueron los socios de una bodega de Meaño en el año 2006. Pero el vino elaborado, en esa época, que se llamó Burbujas de Baladiña no contaba con el amparo de la denominación de origen. Fue en el 2011 cuando Rías Baixas aprobó el nuevo reglamento que autorizaba la elaboración de vinos espumosos al amparo del consello regulador. Desde entonces, la producción de este tipo de caldos no ha dejado de crecer. La primera añada apenas llegó a los 18.000 litros. Ahora se consumen unos 100.000 y hay 16 marcas diferentes en la provincia de Pontevedra. Los espumosos están de moda y cada vez son más las bodegas que quieren incluir este vino en su carta de productos. Elaborar un espumoso no es tarea sencilla. Estos caldos tiene que superar las catas de los técnicos del consello un mínimo de dos veces.
La elaboración de espumosos requiere un doble control, pues el panel de cata del consejo, que está integrado por 48 catadores, primeramente debe autorizar el vino base con el que se elaborará el Rías Baixas Espumoso y, al final del proceso hay volver a examinar el producto final. Lo mismo sucede con el análisis fisicoquímico.
«Es un proceso duro», señalan desde el consejo regulador. Sin embargo, tanto las bodegas como el consejo están muy satisfechos con el resultado que estas nuevas elaboraciones están logrando. «La variedad albariña tiene muchas posibilidades para elaborar un espumoso porque está muy adaptada a la tierra», sostienen los expertos.
Las primeras elaboraciones están siendo todo un éxito, pero desde el consejo regulador consideran que todavía hay mucho por aprender, «al igual que nos pasa con el albariño»
Variedad con potencial
Desde el departamento técnico del consejo explican las diferencias con respecto a otros espumosos del mercado: «Están en la tipicidad propia de nuestros vinos, sobre todo marcado por la variedad albariño, así como los niveles de graduación que están medio punto por encima que otros espumosos como el cava».
El responsable técnico Agustín Lago asegura que «partimos de unas variedades con gran potencial, pero estamos al principio del camino, tenemos que buscar un hueco para este producto y no olvidarnos de que hay mucho terreno por recorrer y que el consumidor tiene mucho que decir».
El proceso para amparar Rías Baixas Espumosos pasa por la autorización del reglamento, y el desarrollo de la normativa a través del manual de calidad.
La normativa aprobada por el Consejo Regulador sigue la ley general para vinos espumosos. De manera que admite variedades de todo tipo, las blancas como el albariño, pero también las tintas. Por tanto, la DO acoge espumosos blancos y tintos, que pueden ser elaborados con una variedad de uva o varios tipos diferentes.
El método tiene que ser el tradicional de los espumosos, que requiere de nueve meses de elaboración. La etiqueta alude a la calidad y el tipo, según el nivel de azúcar: brut nature (sin azúcar), extra brut, extraseco, seco, semiseco y dulce. La bodega no tiene la obligación de poner en la etiqueta ni el año ni las variedades de elaboración.