Querida Domitila

Alicia Fernández LA SEMANA DE...

O ROSAL

12 abr 2015 . Actualizado a las 05:05 h.

Te escribo desde esta tribuna que solo verá la luz en las páginas de La Voz del Barbanza, por lo que a buen seguro no llegarás a leer esta carta en tu residencia de Baixo Miño, en O Rosal. Pero me apetece hacerlo igualmente.

El motivo no es otro que pedirte perdón ante la vergüenza ajena que me ha provocado verte en una foto, acompañada del andador que te ha endilgado la osteoporosis y tus 82 primaveras, en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo de Pontevedra. Un lugar donde espero se repare la vil ignominia de haberte multado algún descerebrado por «saltarte el cordón policial» durante una protesta contra las preferentes ante el Ayuntamiento de O Rosal. Porque, según el diligente agente, un Filemón Pi de la vida pero con muy poca gracia, alteraste el orden público y mantuviste una «conducta violenta» intentando saltarte una valla (punto en el que supongo al juez mearse de risa).

Te pido perdón como parte de un sistema que ha permitido que cuatro mangantes desalmados idearan y llevaran a la práctica la mayor estafa de la historia de España, para trincar de forma vil los ahorros que miles de personas como tú ganaron con el sudor de su frente durante toda una vida. También porque el Estado de Derecho que nos hemos otorgado no ha sabido detectar, detener y ni tan siquiera reparar semejante acto de pillaje una vez que era palmario. O porque a estas alturas ninguno de esos miserables usureros esté ante un tribunal para ser juzgado y sí lo estén sus víctimas, como tú.

Te pido perdón como integrante de una sociedad que tendría que haberse echado a la calle ante semejante atropello y pedir unánimemente responsabilidades a sus autores, a quienes cobran sustanciosos salarios para velar porque eso no sucediera y al poder político que ha mirado hacia otro lado porque estaba implicado de forma indirecta. También porque al no depurarse esas responsabilidades deberíamos habernos tirado al monte en tropel para restaurar la Justicia por las bravas. Sí, porque me vale cualquier cosa menos verte, a tu edad, obligada a librar esta batalla; una muestra clara de nuestro fracaso como país. Al igual que la injusticia cometida con miles de emigrantes a los que se ha saqueado en nombre del Estado y que se ven obligados a volver a las barricadas para defender sus intereses.

Por último te pido perdón porque haya agentes en la policía con tan poco sentido común como para imponerte una sanción injusta y perversa ¡Doscientos euros! El valor de tu andador. La parte que dedicas a comprar alimentos al mes. Digo yo que este valeroso servidor de la ley se habrá visto intimidado por tu humillante situación o determinación, porque si es por tu amenazante presencia mejor que deje el cuerpo policial y se dedique a regar la tumba de Chanquete.

Espero, Domitila, que tu pelea sirva de ejemplo a los demás ciudadanos. Eso sí, que no te apliquen la nueva ley mordaza, hecha por los incompetentes al servicio del los corruptos ante el temor de que cada español pueda llegar a tener el arrojo y la valentía que tienes tú. Porque saben que otro gallo cantaría en este corral.